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El consejo de administración de Duro Felguera ya tiene en sus manos el informe 'forensic' realizado en julio a la alta dirección de la compañía, un análisis exhaustivo que suscitó las protestas de parte del equipo directivo, al que se le investigaron teléfonos y ordenadores, pero que ha dado sus frutos. La compañía ha detectado «actuaciones irregulares cometidas por empleados del grupo y otras personas ajenas al mismo» a las que culpan de provocar «una grave pérdida en la credibilidad de la compañía». Incluso, asegura el consejo en un comunicado a la plantilla, hubieran podido comprometer su viabilidad, «ya que podrían estar detrás de las fluctuaciones que ha tenido nuestro valor en Bolsa en los últimos meses».
Ante los resultados de esta investigación interna, el consejo ha decidido «ejercitar cuantas acciones le correspondan en derecho ante las instituciones y organismos correspondientes». Se marca con ello tres objetivos: el cese inmediato de las irregularidades identificadas, la desvinculación de la sociedad de aquellas personas que las han cometido y la defensa de la compañía, sus empleados, accionistas, clientes y potenciales inversores, así como su viabilidad.
Subraya el consejo en el comunicado, que todo aquel que forma parte de Duro merece «un comportamiento ético, acorde a las normas internas y, por supuesto, que cumpla siempre la legislación vigente». Asimismo, reclama la «profesionalidad y compromiso» de los trabajadores para «reinventar esta compañía y siga siendo un referente de la industria asturiana en el mundo».
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