Central Lechera refuerza su compromiso con el desarrollo sostenible

El cuidado del medioambiente, al que Central Lechera Asturiana destina 12 millones de euros al año, más otros 2 en proyectos de mejora ambiental, incorpora también medidas que se aplicarán en la fabricación del propio producto y en su distribución. Así, la compañía apuesta por materiales de envasado de origen renovable o el uso de cartón reciclado en más del 95%, así como por optimizar las rutas de transporte para reducir la emisión de gases y por la adquisición de camiones de gas natural.

Asimismo, y con el propósito de «dar futuro al ganadero», tal y como señaló durante la presentación del plan el responsable de Comunicación y RSC del grupo, Manuel Reinerio Fernández, se ha ampliado la certificación Garantía ganadera «Ganaderías familiares sostenibles». En este sentido, el responsable de Aprovisionamiento, Ramón García, subrayó que «el 100% de las ganaderías con las que trabaja Central Lechera Asturiana son familiares». Con el fin de contribuir a que sean económicamente sostenibles, la compañía incorpora, entre otros servicios, la garantía de compra, que obliga a recoger el 100% de la producción, o la garantía de mejor precio de origen. «En 2019 el precio medio de compra se situó un 9% por encima del precio nacional», señaló en este sentido Ramón García.

En el terrero social, Central Lechera desarrolla iniciativas como el servicio de sustitución, que promueve la conciliación familiar poniendo a disposición de los ganaderos personal técnico para que puedan sustituirlos en momentos en que sea necesario.

Dentro del sello «Ganaderías familiares sostenibles» también se desarrolla un programa de nutrición de ganado y control de calidad de la leche, así como un plan de asesoramiento en eficiencia energética y gestión en la compra de energía por parte de las ganaderías.

Durante la presentación del Plan integral 2020-2025 la responsable de Sostenibilidad, Estefanía Iglesias repasó asimismo los logros alcanzados por la compañía en los últimos cuatro años, durante los que ha conseguido reducir la generación de residuos un 30%, la huella de carbono un 14% o el consumo eléctrico un 7%. Además las ganaderías han ahorrado 555.000 Kwh energía al año y en las rutas de recogida se han reducido las emisiones de CO2 en un 11%.