CAPSA Food ha decidido renunciar a los 2,52 millones de euros concedidos por el Gobierno central para construir una planta de biomasa en su fábrica de Granda (Siero). Se trata de una partida procedente del PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación ... y Transformación Económica) de Descarbonización Industrial para un proyecto que la firma iba a llevar a cabo junto a Ence. «No descartamos hacerlo en un futuro, pero en este momento no lo consideramos adecuado por falta de seguridad jurídica y de visibilidad sobre cuál puede ser el tratamiento de la biomasa en cuanto a los derechos de emisión», explicó ayer el director general de Central Lechera Asturiana SAT y de CAPSA Food, José Armando Tellado.
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Ante la incertidumbre –no despejada por las administraciones consultadas por el grupo lácteo– sobre la posibilidad de que estén penalizadas las emisiones de CO2 procedentes de la quema de residuos vegetales en un futuro, CAPSA ha optado por no aceptar la ayuda adjudicada el pasado octubre. No obstante, esto no significa que no se vaya a ejecutar la iniciativa en un futuro, pero será sin los fondos europeos, aclaró. Por el momento, seguirá trabajando en la descarbonización, pero las inversiones previstas para el próximo año, que ascenderán a unos 30 millones de euros, estarán orientadas, sobre todo, «a la calidad y seguridad alimentaria y a la mejora y productividad».
Tellado hizo estas declaraciones durante el tradicional encuentro navideño con los medios de comunicación, en el que también participó el presidente de Central Lechera Asturiana SAT, Alberto Álvarez. El Grupo Central Lechera Asturiana –que engloba a CAPSA, ASA, Aseagro, Clas Gestión y Biogastur– cerrará «un muy buen año», con una facturación que rondará los mil millones de euros y también con un balance positivo para los ganaderos. Un ejercicio satisfactorio en todas las líneas de productos y en todos los canales, y en el que se han llevado a cabo «ajustes de los equipos, que han funcionado francamente bien».
En lo referente a CAPSA, que terminará el año con unas ventas en el entorno de 950 millones, «el mejor resultado histórico que hayamos conseguido, muy apalancado sobre la división de horeca (acrónimo de hoteles, restaurantes y cafeterías) y sobre la exportación por altos precios de la nata en 2024». El gran reto para 2025 es la integración de Flor de Burgos en el grupo y seguir avanzando en la participación en el capital de Innolact, apuntó Tellado. Así, el objetivo es «construir un negocio rentable de quesos, al mismo nivel que lo tenemos en leche, nata y mantequilla bajo la marca Central Lechera Asturiana». En 2019, la venta de quesos rondaba los 30 millones de euros y la expectativa para 2027 es alcanzar una facturación de entre 150 y 180 millones.
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También ha sido un ejercicio de bonanza para los ganaderos y «las expectativas de retribución y de margen siguen siendo buenas para el futuro». «Creo que CAPSA va a operar bien en los mercados y permitirá que el ganadero siga teniendo un escenario de retribución que siempre será mejorable, pero en el contexto de los últimos 15 o 20 años hablamos de los mejores».
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