CAPSA compra el 50% de Flor de Burgos que no controlaba y pasará a facturar más de mil millones

«Hoy (por ayer) materializamos un proceso que iniciamos en el año 2020 y que pretende reforzar nuestra posición de liderazgo en el sector lácteo español, redoblando nuestro esfuerzo para fortalecer nuestra presencia en el mercado quesero», explicó el consejero delegado de CAPSA, José Armando Tellado, tras darse a conocer la compra.

La operación incluye incorporar al grupo la factoría ubicada en Burgos, que se sumará a los seis centros de producción que CAPSA tiene distribuidos en el ámbito geográfico español -Asturias, Galicia, Comunidad de Madrid y Cataluña, esta última en participación con otros socios-. La adquisición permite a la empresa asturiana reforzar su apuesta y presencia en el mercado de quesos. Gracias a la incorporación de Flor de Burgos se esperan superar en este segmento los 140 millones de euros de facturación. La compra consolidará, además, la posición de CAPSA como séptimo operador del mercado español de quesos, en el que la compañía ya tiene una gran tradición, con productos como el queso de Cabrales Central Lechera Asturiana o sus quesos gallegos, que bajo el paraguas de la marca Larsa lleva cerca de un siglo ofreciendo a los consumidores.

Por su parte, Lácteas Flor de Burgos cerrará este ejercicio con una facturación cercana a los 100 millones de euros, de forma que consolida el crecimiento que ha presentado en los años anteriores.

El origen de la empresa se remonta a inicios del siglo XX, ligado a la familia Angulo, en una primera generación como comercializadores y ya en la segunda, como productores de queso. Tras cuatro, en 2003 y después de haber vendido Angulo General Quesera a la francesa Bongrain a través de su filial española Mantequerías Arias, la familia creó Lácteas Flor de Burgos y se construyó la nueva fábrica.

Actualmente, la compañía ofrece gran cantidad de referencias que van desde los quesos frescos en múltiples formatos, hasta los untables, yogures, quark, italianos o rayados, aunque su buque insignia es el queso fresco de Burgos.

Desde 2020, cuando CAPSA se hizo con la mitad del capital de Flor de Burgos, el grupo asturiano ya dirigía la ruta del desarrollo de la marca y la comercialización multicanal, aunque la familia Angulo seguía al frente de la gestión industrial.

Desde CAPSA Food explicaron ayer que continuarán apoyando este proyecto y sus marcas para potenciar su crecimiento a nivel nacional e internacional. Su objetivo, señalaron, es seguir incrementando su valor y fortaleza en el mercado «para dar cumplimiento a su propósito de dar futuro a sus socios ganaderos ofreciendo productos que mejoren la calidad de vida de las personas a la vez que cuidan del entorno natural y por supuesto, de sus empleados».

«Esta adquisición nos motiva e ilusiona a continuar trabajando en el compromiso adquirido con nuestros clientes y consumidores para seguir ofreciéndoles los mejores productos y el mejor servicio», recalcó, por su parte, Tellado.