«Hay que revertir a la sociedad, forma parte de nuestro ADN»

-¿Cuál es el origen de la obra social de Caja Rural de Asturias y a que ámbitos de la sociedad llega?

-El origen de nuestra obra social surge de la implicación y el compromiso territorial para identificar las diferentes necesidades de los distintos colectivos y trabaja para favorecer a aquellos más vulnerables. En definitiva, nuestra acción va encaminada a promover cambios y mejoras que incidan positivamente en nuestro entorno. Nuestro objetivo también se mantiene inalterable en estos más de cincuenta años, que es el de impulsar, motivar el desarrollo económico y social de la sociedad asturiana en varios ámbitos: asistencia social, investigación científica, desarrollo tecnológico, economía social y formación en ámbitos culturales y deportivos.

-¿De qué manera se articula la RSE en Caja Rural?

-Los socios fundadores de Caja Rural de Asturias, ya hace más de 50 años, tenían claro que no vale solo con ser una entidad financiera sino que teníamos que revertir en la sociedad parte de lo que ésta nos daba a través del negocio. Ya desde el principio forma parte del ADN. Además de voluntad hay que tener recursos para ello, algo que se empezó a articular en los años 80, con la creación de la fundación, y que en la actualidad ya es un proyecto sólido y consolidado.

-¿Están orgullosos de algún proyecto en especial?

-Estamos orgullosos de muchos, pero por señalar algunos que son conocidos por todos destacaría la colaboración con el Laboratorio de Oncología Molecular del HUCA, dirigido por la doctora Milagros Balbín y donde se buscan marcadores genéticos para ayudar a la detección precoz de algunos tipos de cánceres. Vemos que se están haciendo avances al igual que con la Fundación para la Investigación Biosanitaria de Asturias (FINBA), de la que somos socios fundadores.

-¿Y en materia educativa?

-En materia educativa hay que decir que recientemente se ha renovado el convenio con la Universidad de Oviedo, lo que ha supuesto la incorporación de nuevos programas educativos. Además del mecenazgo de la Universidad de Mayores, proyecto en el que colaboramos desde casi su origen, mantenemos la Cátedra de emprendimiento, que compartimos con Capgemini. Además hemos incorporado tres nuevas cátedras: la de industrias agroalimentarias; otra con la Facultad de Filología, que estudia desde una perspectiva etnográfica la historia oral de nuestro origen y una con la Facultad de Económicas que pondremos en marcha en breve.... Colaboramos además en la Universidad para Peques, y es que la educación es y será siempre pilar fundamental en nuestras actuaciones.

-¿Qué tipo de proyectos impulsan con estas ONG asturianas?

-Más que nosotros decirles lo que hay que hacer, les escuchamos y les preguntamos: «¿Qué necesitáis?». Y en la medida de nuestras capacidades, les ayudamos. Colaboramos en proyectos sostenibles, serios y no en estas cosas de este año te doy tanto dinero y ya está. La experiencia nos dice que este trabajo a largo plazo funciona mejor.

-¿Tienen una asignación anual fijada a este tipo de proyectos?

-Este año rondábamos el 1,4 millones de euros. La Fundación, asimismo, trabaja con 20 millones al año. De los beneficios que salen de la entidad hay un traspaso a estos proyectos y así se mantiene la actividad.

-¿Tienen una estimación de a cuántos beneficiarios pueden llegar?

-Me atrevería a decir que es Asturias en general. Todos los asturianos se benefician, en mayor o menor medida, de la labor que hacemos a lo largo del año. También colaboramos con becas a estudiantes y otros muchos ámbitos que afectan de manera directa o indirecta a la ciudadanía. Con la sanidad es lo mismo, igual el beneficio no lo tienes hoy pero mañana lo sí. Que Asturias sea más solidaria con los que menos tiene también es beneficioso para todos.

-De cara al futuro, ¿qué retos se marcan?

-Estamos abiertos a nuevas propuestas. Año a año estudiamos proyectos e iniciativas. Si atendiésemos a todo lo que llega sería imposible funcionar, así que intentamos darle el mejor uso posible al dinero que tenemos. Estamos abiertos a posibles sugerencias, claro. En los proyectos en los que estás, eso sí, hay que seguir con ello. Una vez que se apoya algo hay que continuar hasta el final y con la mente puesta a largo plazo.

-¿De qué forma se priorizan estos proyectos antes de apostar por ellos?

-Es difícil, porque llegan propuestas muy interesantes. Buscamos por una parte ver a cuanta gente podemos ayudar y por otro lado valoramos si el dinero público llega, de qué forma y si nosotros podemos ayudar a acelerar el proyecto. Es una suma de factores. Cada proyecto se analiza por gente con experiencia y conocimiento, y a partir de ahí ya lo evaluamos desde la fundación.

-Ya no se entiende la actividad empresarial sin la RSE. ¿Es un camino sin retorno?

-No puede ser de otra manera. Si quieres que una sociedad crezca, así como ésta te hace crecer según va avanzando, hay que apoyarla para que vaya a más, porque indirectamente va a ser bueno para todos. Que todo el mundo gane es positivo. Así que por convicción y por fomentar la dinámica positiva de la sociedad, no puedo entender otra manera de actuar.