Bayer se afianza en la región con el aumento de las inversiones en la planta de La Felguera

Ninguna cifra era nueva pero la multinacional aprovechó su 120 aniversario para dotar de solemnidad su compromiso con Asturias. La factoría del Principado es «un pilar único» para la compañía puesto que «en cada aspirina que circula por el mundo hay un pedazo de Asturias», destacó el CEO de Bayer para España y Portugal, Bernardo Kanahuati. Este aprovechó para recordar los 77 años que la planta lleva activa en la región. En 1952 -aún como Proquisa- comenzaría a producir ácido acetilsalicílico siendo ya en los años 80 cuando se integraría plenamente en la compañía.

Para la alcaldesa de Langreo, Carmen Arbesú, era una mañana de «alegría» porque «vengo a ver un compromiso a largo plazo, luz en época de nubarrones», en referencia a las citadas incertidumbres que sobrevuelan la industria del concejo. Y de Asturias porque, a este respecto, Adrián Barbón aprovechó su discurso para reclamar nuevamente que se garanticen «compensaciones justas» por el cierre de las centrales térmicas de carbón a partir del próximo año. «Asturias no puede construirse sobre las añoranzas del pasado», enfatizó.

Sin salirse del guión estrictamente empresarial, el consejero delegado utilizó su intervención para exponer la situación del resto de centros de Bayer en España. Todos ellos suman una inversión total de 60 millones, aumentados desde los 38,5 millones del ejercicio anterior. «España está presente en 34 de los 50 proyectos de investigación más importantes que tenemos a nivel global, en concreto en el desarrollo de terapias y medicamentos en oncología, oftalmológica, cardiovascular, hemofilia y ginecológica», subrayó. Capítulo especial mereció el incremento de la inversión I+D+I en seis de ellos. Un área que no está previsto implementar en Asturias, reconoció, puesto que la estrategia pasa por continuar concentrando la producción mundial. Ayer, sin ir más lejos, durante la charla, se preparaban sacas de 800 kilogramos rumbo a Guatemala, Leverkusen (Alemania) y Bitterfield (Estados Unidos).

El director de la planta en La Felguera, Jorge Álvarez, puso el foco en la sostenibilidad. Para ello tiró de datos y de hemeroteca. El resultante: un 8% menos de CO2, un 9% menos de consumo eléctrico y un 25% de residuos que se envían a la incineración. Lo que no se atrevió a aventurar fue la inversión a futuro. Álvarez se escudó en «lo rigurosos que hemos sido siempre» aunque calculó que «será una cifra similar, suficiente para mantener la plantilla actual». Desde hace un par de años, del centenar de empleados, cuenta con al menos una decena de mujeres en los procesos de producción.