El arzobispo invita a la Familia Real a tener «un gesto» con los empleados encerrados

Los tres empleados, por su parte, abrieron ayer las puertas de su encierro a los medios de comunicación, donde anunciaron que mantendrán activa la protesta hasta que se constituya la mesa de reindustrialización comprometida por la empresa. «Aquí las noches son muy duras y la cabeza está en otro sitio. De todas formas, aquí seguiremos hasta cuando haga falta», afirmaron los empleados, que pidieron eso sí que se siga respetando su anonimato. En relación a la llegada de la Familia Real a la Catedral, los trabajadores confirmaron que si deciden visitarles, les «explicaremos el problema» que estamos viviendo por el cierre de la actividad industrial. «Lo agradeceríamos», resumieron.

Los trabajadores se mantendrán encerrados como hasta ahora en despacho del deán, Benito Gallego, donde pasan las horas sin más contacto con el exterior que las visitas que reciben del comité de empresa o el calor de las muestras de apoyo que perciben en las concentraciones a través de las rejas de la estancia. «Estamos entre cuatro paredes y parece una cárcel, pero vamos a seguir y vamos a por todas», afirmaron.

Los encerrados, dos de ellos con hijos pequeños, y el tercero ya con nietos, han incidido en que, aunque ya desconvocaron la huelga de hambre, los médicos van a continuar controlándoles «periódicamente» su estado físico y anímico. Acompañados del presidente del comité de empresa, Juan Manuel Suárez Baragaño, aseguraron que continuarán en el encierro hasta que les ofrezcan garantías.