Arcelor solo abordará grandes proyectos de descarbonización con ayudas públicas

El estado italiano destinará 1.080 millones de euros a entrar en Ilva «en clave verde» y «con una perspectiva nacional del acero»

NOELIA A. ERAUSQUIN

GIJÓN.

Viernes, 16 de abril 2021, 01:09

Las plantas asturianas de Arcelor solo tienen un camino para abordar su descarbonización: recibir ayudas públicas. Esta ruta cuenta después con sus ramificaciones, llámense fondos europeos u otro tipo de apoyo estatal, pero la multinacional siderúrgica tiene claro que, por su coste, no puede ... realizar la transición de su siderurgia integral en solitario y que, además, necesita infraestructuras paralelas, como todas las que tendrían que ver con la generación de hidrógeno, que no dependerían del grupo, que también requerirían de ayudas y que en la región están muy verdes. De ahí que las factorías españolas de la compañía sean las únicas, junto con las polacas, sin un proyecto importante de transición energética, ya que aunque hay conversaciones con el Gobierno estas no se materializan en un respaldo claro. Que el Ejecutivo pase de las buenas palabras a los hechos corre prisa. La multinacional decidirá este año qué camino seguirá en la próxima remodelación del horno alto 'A', si invierte en tecnologías de carbono circular, menos ambiciosas, o apuesta por emplear hidrógeno en el proceso de reducción directa del mineral de hierro.

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Fuentes del sector explican con envidia que países como Alemania, Francia o Bélgica ya están respaldando la descarbonización de sus factorías. El último Gobierno que ha anunciado un apoyo sin ambages es el de Italia. El Estado tomará el control de la siderúrgica Ilva, la mayor de Europa -en la que Arcelor se quedará como socio minoritario-, con una inversión de, al menos, 1.080 millones de euros para abordar su modernización y transformación verde.

Invitalia, una sociedad de titularidad pública, inyectará ya 400 millones en AM InvestCo Italy, filial de la multinacional siderúrgica, y obtendrá una participación accionarial del 38%, el 50% de los derechos de voto y el control conjunto de la sociedad. El acuerdo alcanzado con Arcelor contempla una segunda partida de 680 millones para 2022 con la que aumentará su participación hasta el 60% del capital. La nueva sociedad se denominará Acciaierie d'Italia y, según explicó en un comunicado Arcelor, desarrollará sus actividades de manera independiente y dispondrá de sus propios planes de financiación sin dependencia de la multinacional.

Invitalia, una suerte de SEPI a la italiana, apuesta, además, por lograr fondos europeos para la factoría de Tarento. En una nota de prensa, apunta a una estrategia de apoyo a las empresas y el empleo en el sur del país, «con el fin de reconvertir la planta siderúrgica de Ilva en clave verde, coherente con la estrategia de la Comisión Europea». El ministro de Desarrollo Económico, Giancarlo Giorgetti, insistió en el Parlamento en que la idea es perfeccionar el funcionamiento de la planta «dentro de la perspectiva nacional del acero». Y aseguró que existe «una situación favorable entre el impulso europeo por el verde y las ayudas estatales compatibles».

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Alemania, por su parte, ha lanzado 'The Steel Action Concept', un plan en el que el Gobierno Federal del país se compromete a trabajar a favor de «una industria del acero fuerte» y en el que el Ejecutivo de Angela Merkel asume, prácticamente, todas las reivindicaciones del sector. Francia está pendiente de aprobar un acuerdo nacional por la industria y otro relacionado con el acero, mientras que en Bélgica Arcelor tiene su factoría más competitiva, la de Gante, gracias a las inversiones que ha realizado y al apoyo que también recibe del Estado.

Más allá de estos países con presencia de la multinacional, Suecia es el lugar en el que se está realizando una apuesta más decidida por la descarbonización con ayudas a la transformación y al desarrollo del hidrógeno. De ahí que no resulte chocante que sea allí donde se vaya a construir la primera acería 'verde'. Costará 2.500 millones de euros y se espera que produzca cinco millones de toneladas anuales -aproximadamente como el complejo asturiano-. Suecia es, precisamente, el país en el que está más desarrollada la red de abastecimiento de este gas. No es casualidad.

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