Vista aérea de la factoría de ArcelorMittal en Gijón. DAMIAN ARIENZA

Arcelor prolonga la parada del tren de alambrón hasta este miércoles por la caída de la demanda

La multinacional siderúrgica retrasa tres días el arranque de las instalaciones, aunque sí pone en marcha hoy la acería de Gijón

Lunes, 28 de octubre 2024, 01:00

La debilidad de la demanda, sumado a la entrada –cada vez con mayor frecuencia– de productos que se fabrican fuera de la Unión Europea, golpea de lleno en el mercado del acero del Viejo Continente, en general, y de la siderurgia asturiana, en particular. ... Por este motivo, Arcelor decidió hace unos días parar el tren de alambrón y la acería de Gijón. Esta última arrancará hoy, pero el tren de alambrón prolongará la parada hasta el próximo miércoles 30 de octubre (incluido), día en que un equipo de trabajo se encargará de preparar el calentamiento del horno para que todo esté en orden en la jornada siguiente.

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Este retraso respecto a la fecha prevista inicialmente se produce, según apuntan desde la compañía, por los mismos problemas que motivaron la propia parada. A la caída de la demanda y la entrada de productos no comunitarios se le suma el elevado coste de la energía en España en comparación con otros países, que impacta de forma especialmente negativa en las empresas electrointensivas, como Arcelor. En ese escenario adverso, la siderúrgica se ha visto obligada a demorar el arranque en el tren de alambrón tres días más de lo planteado, hasta sumar un total de 13 jornadas.

Como consecuencia de estas paradas, se han visto afectados alrededor de 460 trabajadores, 280 de la acería y unos 180 de alambrón. Arcelor tiene activo hasta final de año un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que puede aplicar en casos como este en los que necesita ajustar la producción. Aunque la compañía aclara que esta herramienta se utiliza «como último recurso», ya que también existe la posibilidad de acogerse a ciertos permisos y vacaciones.

La entrada de productos procedentes de China, Turquía o Rusia socavan la competitividad de la industria asturiana y, al mismo tiempo, ponen en jaque los esfuerzos de descarbonización. La mayor parte de los nuevos proyectos en estos países se basan en tecnologías tradicionales de horno alto y, por tanto, son más contaminantes que las inversiones que se prevén en Europa. Se sitúan principalmente en Asia, y con especial relevancia en India, un país en expansión y cuya demanda de acero sigue en alza.

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