Arcelor parará indefinidamente un horno alto de Gijón en otoño y reducirá más la producción

Arcelor no habla de plazos, aunque sí insiste en que esta es una medida «temporal» hasta que «las condiciones del mercado mejoren», según señala en el comunicado el consejero delegado de ArcelorMittal Europa-Productos Planos, Geert van Poelvoorde, que asegura que «esta es una decisión difícil para nosotros, pero dado el nivel de debilidad en el mercado, sentimos que es la actuación más prudente».

El nuevo paquete de ajustes incluye también la reducción de la producción en instalaciones de cabecera de Arcelor en Dunkerque (Francia) y Eisenhüttenstadt (Alemania), además de ampliar, como en Gijon, la parada programada para el cuarto trimestre en un horno alto de la factoría germana de Bremen, como sucederá en Gijón. Según fuentes sindicales, más allá de la necesidad de reducir producción que apunta Arcelor, estos anuncios pueden ser una forma de implicar a otros países para que presionen a la UE para imponer un arancel ambiental y más tasas. Se da la circunstancia de que, además, tras las elecciones europeas del pasado fin de semana, las instituciones comunitarias se están renovando. De momento, los ajustes anunciados afectan ya a cinco países -España, Polonia, Italia, Alemania y Francia-, precisamente los de mayor población de la UE, si exceptuamos Reino Unido, en plena salida, y donde Arcelor no cuenta con plantas siderúrgicas.

El mercado acogió la noticia de los recortes con un nuevo castigo en la Bolsa, en la que los títulos de Arcelor cayeron un 3,81%. En el último mes y medio sus acciones se han dejado ya una tercera parte de su valor, muy afectado por la desaceleración de la demanda, un aumento de las importaciones debido a la guerra comercial y la escalada de los costes, por el mayor precio de las materias primas, el alza de la factura energética y de los costes de derechos de emisión de CO2.

Este nuevo ajuste, que no se ha cuantificado, se suma a los 3,2 millones de toneladas de reducción que ya anunció Arcelor el 6 de mayo y que afectarán a su factoría de Cracovia (Polonia), en la que se parará su horno alto y se reducirá la producción en 1,5 millones de toneladas; a su planta de Ilva (Italia), donde no se incrementará el millón previsto en 2019, y a Asturias, con esas 700.000 toneladas, que ahora aumentarán. Hoy, precisamente, se iniciarán las paradas programadas en el tren de bandas en caliente y el taller de cilindros.

En Asturias se teme que el arranque se aplace cerca de seis meses, para coincidir con la puesta en marcha plena de las nuevas baterías de cok. De hacerlo antes, sería necesario importar este combustible, ya que la instalación avilesina que lo produce se apagará en diciembre y la gijonesa que la va a sustituir funcionará a medio gas desde octubre, cuando arranquen los primeros 45 hornos, a marzo, fecha para la que está previsto que entre en actividad el resto.

La cifra de trabajadores afectados por la parada del horno alto dependerá, sobre todo, de lo que dure el periodo de inactividad y sus efectos aguas abajo en instalaciones como las acerías y los talleres acabadores, pero estará por encima del millar de empleados, que son aproximadamente la mitad de los que trabajan en cabecera.

En el comunicado, Van Poelvoorde asegura que se tomarán medidas sociales para apoyar a los operarios, a los que considera su «máxima prioridad». Todo apunta a que este ajuste obligará a recurrir de forma intensiva al expediente de regulación temporal de empleo prorrogado por la empresa y los sindicatos que garantiza el 90% del salario bruto y el 100% de las pagas extraordinarias, vacaciones y compensatorios.