Planta gijonesa de Arcelor DAMIÁN ARIENZA

Arcelor parará su horno alto 'A' durante tres meses

La compañía justifica esta decisión por «la muy adversa situación del mercado del acero en Europa», aunque mantiene «su compromiso» con las inversiones de descarbonización

Jueves, 1 de septiembre 2022, 15:10

Arcelor lleva avisando meses de la contracción de la demanda y de una coyuntura cada vez más adversa, marcada por la escalada de costes, sobre todo energéticos, y de la incertidumbre en la que está sumido el sector, a la vez que las importaciones de ... acero extracomunitario no dejan de crecer. Ante este panorama sombrío, ha decidido mover ficha en Asturias. «Teniendo en cuenta la situación del mercado y las previsiones para los próximos meses», la multinacional parará su horno alto 'A' a partir de finales de septiembre, en principio, durante tres meses, mientras que los sínter funcionarán de forma alternativa. Esta detención se dejará notar aguas abajo en la acería y talleres de laminación. Sobre todo se verán afectados la acería de Avilés, el TBC, laminación en frío y galvanizado, mientras que chapa gruesa, hojalata y productos largos cuentan con pedidos en cartera.

Publicidad

La decisión llega en un momento complicado, sin un ERTE activo que en ocasiones anteriores permitía regular al personal y servía de colchón ante este tipo de situaciones, ya que no se renovó en diciembre el que se prorrogaba desde 2009. De hecho, el grupo ha emplazado ya a los sindicatos para negociar durante lo que queda de mes cómo se articulará el impacto de la parada en el personal. De inicio, se verán afectados directamente los 150 trabajadores del horno alto, pero serán más, a medida que se vaya notando la reducción de arrabio.

«La decisión se adopta en un momento de incertidumbre económica en el que la confianza de los consumidores de acero ha disminuido; situación a la que se unen las elevadas importaciones de productores extracomunitarios que no se ven afectadas por los crecientes costes derivados del sistema europeo de asignación de derechos de emisión de CO2, impactando en la posición competitiva de los fabricantes europeos», señala en un comunicado Arcelor, que hace referencia a «la muy adversa situación del mercado del acero en Europa, con altos niveles de importaciones extracomunitarias y reducida demanda». Su objetivo con esta medida de carácter temporal es «proteger la rentabilidad y sostenibilidad de sus operaciones en Asturias».

De hecho, fuentes de Arcelor subrayan que la parada es coyuntural y que se mantiene el compromiso del grupo para llevar a cabo las inversiones de descarbonización previstas en Asturias. En este sentido, en el comunicado, la compañía asegura que «asume plenamente su responsabilidad en la descarbonización de la industria siderúrgica», pero advierte también de que «reducir las emisiones de carbono es un desafío a escala global y, por tanto, requerirá una solución global».

La de Gijón no es la única decisión en este sentido en España. Cerca de un millar de trabajadores de la planta de Sestao van a estar sin producción hasta nuevo aviso. Las instalaciones tenían que haberse puesto en marcha esta semana tras el parón estival para labores de mantenimiento, pero no hay fecha prevista para volver a la actividad.

Publicidad

En general, hay una profunda preocupación en la industria por la evolución de la actividad productiva, que muestra signos de desaceleración. La patronal europea del acero, Eurofer –de la que forma parte Arcelor–, alertó de que los datos del primer trimestre confirman «una marcada desaceleración en la tendencia positiva observada en 2021, lo que refuerza las perspectivas más sombrías para el resto del año y lo más probable es que tenga efectos indirectos también en 2023». «Llevamos casi un año enfrentando precios de la energía que se disparan y cuellos de botella en las cadenas de suministro, y las terribles consecuencias de la invasión rusa de Ucrania durante medio año», subrayó su director general, Axel Eggert.

El complejo panorama económico internacional ya se dejaba sentir en las plantas asturianas de Arcelor. Con la llegada del segundo trimestre, comenzó a registrarse un parón en la demanda de productos que salen de las fábricas de Gijón y Avilés. Según explicaron fuentes de la multinacional siderúrgica, los más afectados por esta caída son el alambrón y la chapa galvanizada, que se utilizan en la automoción. De momento, es esta última la que tiene una incidencia mayor con las paradas programadas en las plantas de Stellantis y Volkswagen, entre otras.

Publicidad

Se trata de un sector muy castigado por la falta de microchips, unas piezas esenciales en la fabricación de vehículos, que ha llegado a recortar e incluso a paralizar la producción en factorías europeas. Pero el de la automoción no es el único que atraviesa dificultades. También la industria se ve afectada por la coyuntura mundial, lo que ha se traducido en una reducción de la demanda de chapa, que también se produce en las instalaciones asturianas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad