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Los resultados de Arcelor en 2021 supusieron un récord de beneficios a nivel global, hasta superar los 13.000 millones de euros. Sin embargo, ... en la reunión celebrada ayer con los sindicatos para analizar el desempeño de las plantas asturianas se pintó un escenario negro, marcado por los números rojos de la división de largos, pero también por la falta de fiabilidad de otras instalaciones, que colocan a las factorías de Gijón y Avilés en una situación difícil. Más allá del paro del transporte, que está agravando la coyuntura, la dirección de la compañía hizo referencia a los disparados costes energéticos y a la falta de competitividad para pintar un futuro lleno de incertidumbre y que, en el corto plazo, pasa por una reducción significativa de la actividad de largos.
Para intentar capear el temporal que supone la escalada de las materias primas, la electricidad y el gas, Arcelor ha decidido reducir a 55.000 toneladas mensuales la producción de la acería, frente a las 75.000 habituales; mientras que disminuirá de 47.000 a 37.000 las de alambrón y de 23.000 a 18.000 las de carril. También influyen en esta decisión los derechos de CO2. De hecho, se adaptará la actividad para mantenerla dentro de las cuotas de emisión gratuitas y no tener que acudir al mercado, que grava cada tonelada de acero con 160 euros más.
Esta decisión viene derivada de las pérdidas que acumula largos, la línea que lleva mostrando una mayor debilidad en los últimos años y sobre la que ha habido incluso varias amenazas de cierre. Aseguran en Arcelor que la acería supera con creces su presupuesto de producción y que no es competitiva. Y mientras alambrón gana valor añadido, carril está en una situación compleja, con la necesidad de mejorar su productividad y costes, pero también su calidad y fiabilidad. A la mala situación de base se añade ahora el alto coste de la energía y el del arrabio, que se sitúa por encima del precio de venta de los productos. Algunos contratos ya no se han podido asumir por estos motivos.
La decisión de reducir la producción tendrá una repercusión directa en el empleo. De entrada, en alambrón se eliminará un turno. Además, se intentarán adecuar los periodos de inactividad a descansos y vacaciones. Estos cambios implican iniciar un periodo de consultas con los representantes de los trabajadores. De los primeros damnificados pueden ser los aproximadamente 25 eventuales que hay en este taller.
Hay otras decisiones sobre la mesa, como alargar la parada de verano prevista para la acería gijonesa a cuatro semanas, intentando que se ajuste al disfrute de vacaciones.
Pese a esta situación, largos recuperará cierta actividad en los próximos días. Las instalaciones se encuentran sin producción, a causa ya de la escalada de la energía, pero también por los paros del transporte. Está previsto que arranque el viernes la acería, alambrón el día 3 y carril el 4.
Sin embargo, las alertas no se circunscribieron únicamente a largos. La compañía también advirtió de problemas de fiabilidad en las baterías de cok, los sínter, el tren de bandas en caliente y chapa y destacó que, en el último trimestre del año pasado, la producción de cabecera se vio muy afectada por las fuertes lluvias.
Asimismo, se reconoció que 2021 fue un año complicado para auto, debido a la crisis de los microchips que paralizó buena parte de la industria de la automoción, lo que redujo las expediciones, a lo que se añadieron problemas en el servicio al cliente. En hojalata, la situación fue calificada también como tensa.
Todo esto se produce en un momento clave para las factorías, que se juegan en las próximas semanas su futuro ante la necesidad de que el comité de inversiones apruebe el plan de descarbonización.
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