Arcelor levanta el cierre patronal de la acería y acepta iniciar la negociación de largos desde cero

Por su parte, CC OO y CSI se comprometieron a trasladar a una asamblea conjunta de trabajadores esta propuesta para desconvocar los paros. Reunión que tendrá lugar este martes a las 11 horas, en la portería de Sotiello. Además, el comité de empresa solicitó a Arcelor el abono de los salarios a los 320 trabajadores afectados por el cierre patronal de la acería. En caso de bloqueo, las partes se comprometieron a no adoptar de manera unilateral cualquier medida sin antes pasar por el SASEC.

Tras muchas horas de negociación, el desbloqueo de este conflicto parece mucho más cercano. Una crisis de tal magnitud que incluso llevó al Principado a realizar varios llamamientos a agotar las vías de diálogo para resolver esta coyuntura, que calificó como «el peor escenario para todos». El cierre patronal de la acería gijonesa decretado el jueves afecta a 320 trabajadores, que están sin sueldo ni derecho a paro. También tiene repercusiones en el tren de carril, donde la mitad de sus 270 empleados están en ERTE –principalmente, los de laminación– desde la noche del sábado, salvo los que se dedican a tareas de mantenimiento y acabado. El motivo es la falta de piezas a las que dar forma ante la paralización de la acería. Situación que parece que no se repetirá en el tren de alambrón –donde trabajan 170 personas–, que corría el riesgo de quedarse esta semana sin piezas semiacabadas para completar su elaboración.

En este caso, la compañía tenía previsto importar desbastes de otras plantas de Arcelor para evitar que carril y alambrón quedaran sin carga de trabajo por un periodo indefinido. Pendiente está, no obstante, la negociación que atañe a la acería, que no es una cuestión baladí, sino que es esencial para el futuro de la siderurgia asturiana. Está en vilo toda la división de largos, amenazada por las cuantiosas pérdidas que acumula, que rondarán los 40 millones este año. En este escenario, las instalaciones, donde trabajan unas 850 personas, están abocadas al cierre, advierte la multinacional. Un movimiento que tendría repercusiones en el conjunto de las plantas, ya que lo más probable es que uno de los dos hornos altos corriera la misma suerte y esto, a su vez, arrastraría a un sínter y buena parte del parque de minerales. En total, alrededor de 1.500 empleos de plantilla y otros 500 de auxiliares. Y todo ello sin contar el personal indirecto e inducido que mueve Arcelor.

Ante esta coyuntura, la dirección de las plantas asturianas urge aprobar un plan de productividad de largos, que sirva como gesto de buena voluntad ante el grupo siderúrgico, que en las próximas semanas decidirá si continúa operativo el horno alto 'A'. Instalaciones que se reactivaron a finales de septiembre por un periodo inicial de tres meses, mientras un horno alto de Gante, en Bélgica, se somete a obras de mejora.