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Arcelor ha anunciado inversiones por más de 300 millones de euros en el mantenimiento de sus factorías francesas, un plan que incluye la actualización ... del horno alto más grande de Europa, el que tiene en la planta de Dunkerque, en el norte del país, y otro en Fos-sur-Mer, en el sur. A pesar de la cuantía, los sindicatos galos han arremetido contra la decisión, que consideran que solo supondrá «un parche» para las instalaciones mientras los proyectos de descarbonización están parados.
El concreto, la multinacional hizo público un programa de mantenimiento de 254 millones de euros en la factoría de Dunkerque que afectará al horno alto 4 y que se desarrollará durante el segundo trimestre del año.Los trabajos obligarán a tener la instalación inactiva tres meses, lo que puede dar cierto respiro a las plantas asturianas, ya que la detención de parte de la cabecera francesa puede implicar que se desvíen al Principado algunos pedidos. De hecho, en Gijón y Avilés ya se contaba con esta parada, anunciada previamente, para garantizar la actividad de los dos hornos altos con los que cuenta la región, al menos, hasta el verano.
La siderúrgica explica que las inversiones deben permitir «mantener la eficacia de las instalaciones (...) preparando la factoría para su próxima fase de descarbonización». De hecho, además del horno alto, incluyen la planta de sinterización y un convertidor de la acería.
Además, también está programado otro plan de mantenimiento en el horno alto 1 de Arcelor en Fos-sur-Mer, en este caso por 53 millones de euros. En esta instalación la compañía ya trabaja con un solo horno alto, el 2, después de que el verano pasado decidiera dejar apagado de forma «duradera» el que ahora pretende reparar. Una vez listo, ya había anunciado que, «en 2026, tras su renovación, el horno alto 1 sustituirá al 2» y la idea es seguir con solo la mitad de la cabecera.
A pesar de esas cuantías, los sindicatos cargan contra estas inversiones, que consideran «parches» ante el bloqueo de los planes de descarbonización, que contemplaban proyectos por 1.700 millones de euros. «En el mejor de los casos, aguantaremos hasta 2029, con estos trabajos taparemos agujeros», advierten los representantes de los trabajadores franceses, con mucho pesimismo después de que la multinacional decidiera también cerrar sus plantas de Reims y Denain.
En el caso de Asturias, la dirección cuenta con un plan para trabajar también con un único horno alto, ya que el 'A' se acerca al final de su vida útil y nada apunta a que la multinacional vaya a acometer las cuantiosas inversiones que se necesitarían para actualizarlo y que pudiera seguir funcionando. Mientras, el 'B', si no sufre ningún contratiempo, podría alargar su actividad, por lo menos, hasta 2030, aunque su competitividad irá reduciéndose a medida que se recorten las asignaciones gratuitas de los derechos de emisión de CO2 y estos sean cada vez más caros. Además, podría recortarla aún más por otra circunstancia: las plantas asturianas están dimensionadas para trabajar con los dos hornos y la falta de uno, además de recortar la producción alrededor de un 40%, con el consiguiente impacto en el empleo, supone también una menor productividad.
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