Las empresas «valoran la intención» del texto, pero ven en él «un impacto mínimo»

La asociación también se queja de que la compensación por el CO2 indirecto se condiciona a los presupuestos anuales y no se crea un mecanismo de asignación de los recursos procedentes de las subastas de CO2 (aproximadamente 1.600 millones de euros en los dos últimos años) tal como permite la normativa europea. Además, cree que adopta medidas de corto plazo con falta de certidumbre sobre su dotación, cuando es necesaria la seguridad jurídica y la certidumbre para garantizar la inversión de estas industrias.

Por otro lado, el secretario general de UGT-FICA en Asturias, Jenaro Martínez, aseguró ayer que el borrador «es decepcionante» y no cubre las expectativas que había puestas en él, ya que ni reduce de manera significativa ni equilibra los costes energéticos de la industria con otros países ni concreta medidas de calado para su reducción.

Por su parte CC OO de Industria, en un comunicado, considera que el documento no aporta las soluciones esperadas para las empresas y deja una serie de indefiniciones e incertidumbres muy preocupantes para el sector. Cita, entre ellas, que se defina a los consumidores electrointensivos, pero no a los hiperelectrointensivos, a los que hizo referencia el Gobierno en alguna ocasión, o que se olvide de los costes derivados de los peajes.