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noelia a. erausquin
Sábado, 24 de abril 2021, 22:13
Asturias solo cuenta con 89 empresas con más de 200 trabajadores, apenas el 0,13% del total. Sin embargo, en su actividad el ... tamaño importa, y mucho. Lo sabe bien el sector financiero, inmerso ahora en una nueva ola de fusiones con el objetivo de ganar músculo, sinergias y lograr que las entidades sean mucho más resistentes ante cualquier crisis. Ser grande genera fortalezas que se multiplican más allá que su tamaño: se consiguen mayores economías de escala, costes inferiores, facilitan invertir en I+D, fichar y retener el talento, la internacionalización, la logística o el acceso a financiación. De hecho, uno de los temores que suscitan los fondos europeos es que, finalmente, el grueso se destine a grandes empresas y las pymes queden fuera del pastel. Porque ser grande permite ser aún más grande.
Sin embargo, el tejido empresarial de la comunidad se caracteriza, básicamente, por estar formado por micropymes, el 96,3%. En Asturias existen 68.433 compañías, según los últimos datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística. De ellas, más de la mitad, 38.028, un 55,57%, carecen de asalariados, mientras que 27.835, un 40,67%, tienen entre 1 y 9 trabajadores. En la horquilla de 10 a 199 se situarían 2.481, aunque la mayoría en la franja baja, más cerca de la decena que de los dos centenares.
De hecho, en Asturias solo hay dos empresas que emplean a más de 5.000 personas: Alimerka y Arcelor. La cadena de supermercados hace tiempo que desbancó a la siderúrgica como primer empleador de la comunidad, en parte por su crecimiento, pero sobre todo por la reducción de plantilla de la multinacional del acero, que ha llegado a rebajar esa cifra de 5.000 en algunos momentos. El sector industrial, con apenas 3.495 compañías, es el que concentra las sociedades de mayor tamaño, tanto por empleo como por facturación, aunque cada vez hay más tecnológicas.
Con más de 250 empleados hay 66 compañías, entre las que se encuentran grandes multinacionales como Capgemini, Nestlé,TKE o DuPont. También empresas familiares asturianas como Hijos de Luis Rodríguez (Masymas), industriales comoDuro Felguera, TSK o Daorje, y de servicios, como Lacera. A ellas habría que añadir sociedades que no llegan a esa cifra de 250, pero que se consideran tractoras –más de un centenar– y tienen una gran actividad asociada, como los astilleros Gondán y Armón, Telecable oAsturfeito, entre otras, y grupos de compañías de menor tamaño, pero bajo un mismo paraguas empresarial que suman cifras importantes, como Grupo Daniel Alonso, Corporación Masaveu, Cafento o Samoa. La mayoría se ubican en la zona central.
Desde el Instituto de Desarrollo Económico del Principado (IDEPA) subrayan que el carácter tractor va mucho más allá de su tamaño y depende también de otros aspectos como sus recursos y capacidades –como en el caso de la innovación–; el conocimiento que atesoran; su reputación y presencia internacional o la capacidad de liderazgo. «Asturias tiene en sus empresas tractoras uno de sus principales activos», señala la directora general de este organismo, Eva Pando.
Precisamente, fue a estas empresas tractoras a las se dirigió la Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad para potenciar la creación de centros de I+D y fomentar con ello la colaboración público-privada. Y tuvo éxito. De su iniciativa nacieron seis centros más, que se sumaron a los tres ya existentes, dos de Arcelor y uno de TKE. Conglomerados empresariales como el Grupo Daniel Alonso o Gonvarri cogieron el guante. Con una subvención de 4,9 millones de euros, moverán una inversión de 12,6, y este año habrá otra convocatoria. El consejero de Ciencia, Borja Sánchez, confía en que al menos se creen dos centros más.
Aumentar de tamaño para afrontar todos los retos que se le presentan, desde la transición energética a la digitalización, no es una tarea sencilla. «Pueden crecer orgánicamente, a través de alianzas o de adquisiciones», concreta Esteban García Canal, catedrático de Organización de Empresas en la Universidad de Oviedo, que considera que el tamaño «es más una consecuencia que una causa de la competitividad». Pero cada una de esas opciones tiene sus reglas. La primera es más lenta y, en el caso de las adquisiciones, «para que tengan sentido, se debe tener una mejor gestión que la empresa que se compra, porque si no se pierde valor». En las alianzas «la clave está en encontrar un proyecto con un socio complementario y que ganen los dos». No se trata solo de crecer por crecer.
No obstante, es muy posible que ciertas uniones de empresas sean fundamentales en los próximos meses para acceder a fondos europeos. Porque, de nuevo, el tamaño será clave para abordar los grandes proyectos que se esperan.
Y en el Principado su tejido económico no lo tendrá fácil. Aunque su número de empresas ronda el 2% nacional, si se contabilizan solo las de más de 250 trabajadores el porcentaje baja al 1,3%. «En España tienen menor peso las compañías grandes que en países como Reino Unido o Alemania, y en Asturias el peso de las grandes es aún menor que en España», señala García Canal.
Las razones para este escaso tamaño son varias, pero el catedrático de la Universidad de Oviedo las resume prácticamente en una: «Existen menos proyectos empresariales auténticamente competitivos de los deseables». Y no es fácil cambiar esa clave, que relaciona con la especialización tradicional del tejido económico regional, marcado por la industria básica y sectores en retroceso como la minería, pero también con compañías que no han sabido mantener su estatus u otras que son adquiridas por grupos de fuera que limitan su capacidad de crecimiento.
En este sentido, pide a la Administración que no se pongan trabas a la actividad y que se creen condiciones para un emprendimiento de alta calidad, «aunque son los empresarios los que tienen que surgir».Desde el IDEPA se han puesto en marcha varias iniciativas para ello, como el Programa de Asesoramiento para el Crecimiento. «Creemos que en el segmento de las pymes hay potencial», señala Pando, que también destaca el papel de alianzas, consorcios y clústeres para ganar ese necesario músculo.
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