Secciones
Servicios
Destacamos
El PERTE agroalimentario, con una dotación de 1.800 millones de euros, es una oportunidad única para un sector que necesita modernizarse para no quedar atrás. Conscientes de que esta baza puede resultar ganadora, son varias las empresas asturianas que tienen entre manos proyectos para ... los que aspiran a conseguir estos fondos europeos. La normativa que rige este Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica obliga a que las compañías formen consorcios para presentarse a las convocatorias. Un paso que han dado destacadas compañías del sector lácteo.
Es el caso de la quesería Rey Silo, impulsora de una agrupación empresarial en la que participan 28 firmas –25 pymes, una gran empresa y dos medianas– procedentes de ocho comunidades: Asturias, Galicia, Castilla y León, Madrid, Extremadura, Andalucía, Cataluña y Cantabria, ya que otro de los requisitos del PERTE es que las iniciativas tengan impacto en, al menos, dos regiones. La línea de 510 millones en ayudas para acometer actuaciones de fortalecimiento industrial, convocada a finales de diciembre, establece que cada agrupación podrá presentar un único proyecto tractor, que estará conformado por un conjunto de iniciativas primarias individuales y en cooperación.
Rey Silo plantea la construcción de «una quesería 4.0 en Somiedo», proyecto en el que llevan un año trabajando, aunque la idea nació al inicio de la pandemia. Se trata de una quesería «artesana, pero digitalizada completamente, con economía circular y con algunas partes de automatización», en concreto, toda lo relativo a expedición y preparación de producto, explican fuentes de esta empresa afincada en Pravia. Las instalaciones supondrían una inversión de entre tres y seis millones de euros, y permitirían generar un mínimo de tres puestos de trabajo y un máximo de cinco. La elección de Somiedo como ubicación salió «de una conversación con Jesús Arango y Santiago Menéndez de Luarca». Un territorio «en el que antiguamente se hacía queso», actividad que «se ha perdido» por las deficientes comunicaciones del concejo, debido a su localización.
Esta compañía ya se ha puesto manos a la obra para elaborar un plan de empresa porque, aunque reciba fondos europeos, «va a exigir una inversión muy grande». No ha sido sencillo lograr esta unión empresarial en la que participa el proyecto Rey Silo-La Escrita –denominado así por una ruta vaqueira que conectaba Pravia con Somiedo–, que ya había sido presentado a manifestaciones de interés. «El problema que tenemos las pymes y micropymes del sector quesero asturiano es que necesitamos una gran empresa» para optar al PERTE.
Ante esta dificultad, la empresa inició una ardua labor para contactar con otras firmas, de Asturias y otras comunidades, y lograr así reunir a las idóneas, por sus características, para formar el consorcio, que tiene como objetivo «ampliar, consolidar y modernizar el sector quesero español». Destacan la ayuda prestada por la Federación Asturiana de Empresarios (Fade) y la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) para ponerse en contacto con otras compañías susceptibles de sumarse a esta iniciativa.
En este sentido, lamentan que la Consejería de Medio Rural «no ha tenido ninguna participación» –aunque el presidente asturiano, Adrián Barbón, ha estado en contacto con la empresa para seguir todo el proceso–, de modo que las compañías tuvieron que actuar por su cuenta para concurrir al PERTE. «A la industria agroalimentaria asturiana nos ha faltado información», añaden. Una carencia que, a su juicio, pone en riesgo que los fondos del PERTE del sector lleguen al tejido productivo de la región de manera efectiva. «Esto es una oportunidad de oro para la industria agroalimentaria y Asturias, por desgracia, la va a perder de manera sonada», concluyen.
Para gestionar los numerosos y complejos trámites que conllevan estas convocatorias a fondos europeos, las empresas del consorcio quesero –las de mayor envergadura entre las participantes están en Cantabria– trabajan con una 'startup' valenciana llamada Insomnia, que a su vez ha gestionado la contratación de una consultora. «Ahora nos queda un mes de trabajo intensísimo», indican.
Rey Silo. Una quesería 4.0 en Somiedo, con una inversión de entre tres y seis millones.
Quesos Gorfolí. Automatización de la fábrica y medidas de eficiencia.
Quesería Redes. Innovación tecnológica, sostenibilidad y mejora de la productividad.
CAPSA. Avanzar en digitalización y sostenibilidad.
Ilas-Reny Picot. Reducir el impacto ambiental y ganar en seguridad alimentaria.
Asincar. Digitalizar procesos en la industria cárnica y mejorar la calidad alimentaria.
Al mismo consorcio pertenece otra quesería asturiana, Gorfolí, situada en la localidad de Taborneda, en Illas. Con su proyecto, la empresa persigue alcanzar dos metas «relevantes para el futuro»: ganar en competitividad y potenciar la eficiencia energética y la sostenibilidad de la fábrica. Para lograr el primer objetivo, plantean llevar a a cabo actuaciones «para la automatización del proceso de elaboración del queso», explica Pablo Álvarez, uno de sus responsables, quien recuerda que compite en un mercado global que obliga a este tipo de mejoras.
Para reducir el consumo energético, Gorfolí proyecta instalar placas solares, sustituir la caldera por una más eficiente y mejorar el aislamiento de la fábrica y las oficinas. «No queremos perder nuestra identidad artesanal, pero sí modernizar el proceso de elaboración», subraya Álvarez. En esta iniciativa también participa la Quesería Redes –propiedad de Marigel Álvarez–, con un proyecto que promueve la innovación tecnológica, la sostenibilidad y la mejora de la productividad. «Deseamos realizar actuaciones en este sentido y aprovechar el impulso que dará al sector la implementación del PERTE agrolimentario», detalla una portavoz de la quesería.
También están inmersos en el remate de proyectos en Corporación Alimentaria Peñasanta (CAPSA) –grupo al que perteneceCentral Lechera Asturiana–, que tiene varios proyectos sobre la mesa. De hecho, participa en un consorcio de empresas lácteas de diferentes puntos del país. El objetivo común es «la transformación digital del sector en este ámbito, así como continuar el avance en el campo de la sostenibilidad ambiental con la aplicación de nuevas tecnologías», según explican fuentes de CAPSA.
Otra de las grandes compañías lácteas de la región, Ilas-Reny Picot, también intentará captar fondos europeos. Lo hará a través de su participación en EcoFood2023, agrupación integrada por 75 empresas y seis centros tecnológicos, que maneja proyectos dirigidos a impulsar la I+D+i de las principales cadenas de valor del sector alimentario a través de 12 comunidades: Asturias, Comunidad Valenciana, Cataluña, Murcia, Galicia, Castilla-La Mancha, Madrid, Castilla y León, Andalucía, La Rioja, País Vasco y Extremadura.
Entre los principales retos de EcoFood2023 se encuentran «reducir el impacto ambiental de todas las empresas participantes, promover una mayor transparencia en la trazabilidad y seguridad alimentaria, así como modernizar los procesos de digitalización de las empresas y sus cadenas de valor». Junto a empresas lácteas, toman parte en este gran proyecto compañías vitivinícolas, cárnicas, panificadoras y relacionadas con la pesca, entre otros subsectores. Además de Ilas-Reny Picot, están presentes en esta iniciativa Calidad Pascual, Angulas Aguinaga, AB Azucarera Iberia y Eroski, a las que se añaden otras muchas.
No solo hay compañías asturianas dedicadas a la leche y derivados con proyectos para optar al PERTE. También la Asociación de Investigación de Industrias de la Carne del Principado de Asturias (Asincar) tiene intención de presentar, al menos, dos proyectos. Uno tiene como finalidad la transformación digital mediante «la digitalización de procesos en la industria con sensórica y tratamiento de datos», detalla su presidente, Eduardo Pérez. El otro está enfocado a «la calidad y la seguridad alimentaria a través de métodos de detección de microorganismos patógenos en la industria alimentaria».
No obstante, en Asincar están pendientes de que «todos los actores» del consorcio –empresas y centros tecnológicos de otras comunidades– den el paso y cumplan los requisitos exigidos para que, finalmente, puedan optar a esos fondos europeos que permitirán dar un salto de calidad a la industria alimentaria asturiana.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.