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La descarbonización es el mayor reto que tiene por delante la industria asturiana en los próximos años, aunque –como bien señalan las empresas– se trata de un proceso que comenzó hace tiempo. Para abordar todas las cuestiones relativas a ello, AsturiasInnova+, la iniciativa de divulgación, debate y reflexión de la innovación, la ciencia y la tecnología de EL COMERCIO-LA VOZ DE AVILÉS –en la que colaboran el Principado, Izertis, Windar, Asturagua y el Ayuntamiento de Avilés–, organizó ayer en la Feria Internacional de Muestras de Asturias la jornada 'Descarbonización industrial. Contratos de adhesión con Asturias'.
José María Urbano, director de AsturiasInnova+, arrancó el encuentro –dirigido por la periodista Laura Mayordomo– subrayando que «hoy la sociedad asturiana conoce un poco más y mejor el ecosistema de innovación que tenemos en el Principado gracias a la actividad» de esta iniciativa.
A continuación, Arcelor, DuPont, Asturiana de Zinc y Tudela Veguín dieron cuenta de sus proyectos, pero antes de ello fue el turno para el comisionado especial para el PERTE de Descarbonización Industrial, el asturiano Luis Ángel Colunga, que dejó claro que Asturias está «muy involucrada» en este proceso, como demuestra la primera línea de estas ayudas: «Una compañía que invierte en descarbonizar es una empresa que quiere quedarse en Asturias. Nadie invierte millones de euros en cambiar todo su proceso productivo para decir que se va el año que viene o que se deslocaliza». Además, recordó que este cambio de modelo «afecta a todos los sectores» y mostró su compromiso para ayudar a las empresas a cumplir con los plazos y los trámites necesarios, porque «lo que importa es que se presenten proyectos y que se descarbonice la industria».
El proyecto de descarbonización más importante de Asturias es el de Arcelor. La compañía siderúrgica ha puesto ya en marcha la construcción del horno eléctrico de la planta de Gijón, pero tan solo es el primer paso de un plan más ambicioso que se encuentra paralizado. Tanto la inversión en una nueva planta de reducción directa de mineral de hierro (DRI) –que tiene una subvención de 450 millones de euros aprobada– como la electrificación de la acería de Avilés están a la espera de luz verde. «Aunque esa ayuda es cuantiosa y facilita la materialización del proyecto, está ligada a la utilización de hidrógeno verde. Lógicamente, hasta que no encontremos soluciones para ese hidrógeno renovable no podemos aceptarla», explicó el director técnico de Arcelor Asturias, Ignacio Baquet.
Tanto el ejecutivo como Colunga indicaron que esta misma semana mantuvieron una nueva reunión para encontrar puntos en común que faciliten la millonaria inversión. En ese sentido, Baquet quiso lanzar un mensaje de optimismo: «Estamos trabajando mucho y bien, con el respaldo permanente tanto del Gobierno del Principado de Asturias como del de España. Se está haciendo un esfuerzo ímprobo. Es un trabajo que se está haciendo con discreción y con compromiso con el territorio».
Por su parte, el director de Sostenibilidad de DuPont Asturias, Ignacio Vigil, subrayó varios de los objetivos que la compañía tiene de cara a 2030, como el recorte del uso de energía en un 20% y la reducción de gases de efecto invernadero en un 85%, reemplazando el gas natural de las calderas por hidrógeno verde en el sistema de calor. Esto se realizaría a través de una tubería que llegará a las instalaciones desde el valle del hidrógeno que proyecta EDP en Aboño. «Hay emisiones de CO2 inevitables y estamos trabajando en su captura y reutilización para producción posterior», anunció Vigil, que también ensalzó el proyecto de planta fotovoltaica que la compañía confía en poner en funcionamiento dentro de apenas siete meses y que reducirá el consumo energético.
El cementero es otro de los sectores en los que las medidas de descarbonización tienen gran impacto debido a que el aporte necesario de óxido en el proceso de fabricación implica generar CO2, algo que se encargó de explicar el Responsable de Energía y Medio Ambiente en Masaveu Industria, Fernando Fernández: «Dos tercios de las emisiones directas vienen de la materia prima y únicamente un tercio viene del aporte térmico. Aunque fuéramos capaces de descarbonizar por completo ese aporte en nuestros hornos, faltaría el resto porque viene de la propia materia prima». Respecto al hidrógeno verde, descartó su utilización a corto plazo, dado que no existen experiencias de uso en el sector cementero. «No utilizamos gas natural porque es muy caro, y el hidrógeno cuesta cuatro veces más. Deberá haber ajuste para que sea susceptible de usarse en nuestro proceso», zanjó.
Para Asturiana de Zinc, el mayor reto es el coste de la energía, debido a su proceso productivo. Rodrigo Rodríguez, responsable de Comunicación y Responsabilidad Social Corporativa de la compañía, aseguró que «los esfuerzos van centrados en reducir el uso energético». AZSA llevará a cabo dos proyectos dentro de este PERTE, que consisten en un recuperador de calor, por un lado, y, por otro, en la mayor planta fotovoltaica de autoconsumo de España, con la que esperan reducir un 1,6% el gasto energético de la planta. Rodríguez reconoció que, si no tuvieran esta subvención, «ninguno de los dos proyectos saldrían adelante».
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