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ELENA RODRÍGUEZ
GIJÓN.
Domingo, 29 de enero 2023, 01:07
«No estamos viviendo la mejor época del sector en cuanto a la incorporación de savia nueva». María Pérez, secretaria general de la patronal del metal, es clara. «A pesar de las campañas para atraer jóvenes, cada vez nos cuesta más». Hace dos años, Femetal ... cifraba la falta de profesionales en unos 600 por la falta de relevo generacional para cubrir a quienes se jubilaban. Y las dificultades, como dice, aumentan.
«La formación reglada de la FP y aquella con compromisos de contratación resultan insuficientes para las necesidades, que son superiores». Siguen demandándose perfiles de todo tipo: caldereros, soldadores cualificados, mecanizadores; del ámbito de la mecatrónica, la robótica...
De ahí que Femetal haya suscrito una alianza con la Fundación Masaveu, con más de 60 años de trayectoria en la enseñanza de FP (especializada en fabricación mecánica, mantenimiento, servicios a la producción; electricidad y electrónica) en un intento de paliar esta situación.
Ambas han programado nueve cursos, con entre doce y catorce plazas, para formar a 126 profesionales este año. Los dos primeros cursos, de fabricación mecánica y electricidad, están completos. Ante la escasa incorporación femenina -un 5% en el taller- pese a haber demanda, Femetal dice que «no hay razones para ello; los trabajos están muy automatizados y se elimina toda barrera que pudiera existir por razones de fuerza. Lo que hay es una herencia cultural muy arraigada que tenemos que cambiar».
Belarmino Feito, fundador de Asturfeito, dedicada a la fabricación de bienes de equipo para grandes proyectos industriales y científicos, comparte que la situación de falta de personal cualificado «se ha ido agravando». «En 2006, ya lo denuncié públicamente y en diecisiete años no se ha avanzado nada». Poner en marcha un sistema para formar personal acorde con las necesidades de las empresas y que se vaya nutriendo (por ejemplo, la FP dual) «lleva tiempo».
Por eso, «aquellos que lo podemos hacer hemos optado por formar nosotros mismos». A lo largo de este primer semestre, Asturfeito abrirá en Avilés, en antiguas instalaciones de la Fundación Metal, un centro de formación de soldadura especializada para incorporar profesionales a su plantilla, sin descartar qué personal de otras firmas pueda participar.
Habrá cursos de un máximo de 20 alumnos y podrán realizarse dos en paralelo. «Haremos todo tipo de formación, pero ahora la que nos urge es esta, puesto que los proyectos en los que trabajamos y somos competitivos requieren una alta exigencia en soldadura». Añade que «hay proyectos a los que hemos tenido que decir 'no' porque no íbamos a poder incorporar soldadores en los plazos que se requería». Para cubrir determinados servicios, han contactado con empresas, llegando el año pasado a recibir soldadores de Cádiz, Portugal, Lituania y Rumanía, entre otros.
80% en la plantilla
Astilleros Gondán, en Castropol, optó hace 25 años por impartir formación en soldadura y calderería especializada en el sector naval al no haber una formación reglada en la zona para cubrir esa demanda. El 80% de la plantilla que trabaja en sus instalaciones ha pasado previamente por los cursos y la rotación es escasa. Son profesionales de la comarca. En 2022, formó a 80 personas. Jóvenes que buscan labrarse un oficio y obtener un empleo estable, y parados que trabajaron en otros sectores y buscan reciclarse. La carga de trabajo que tiene es tal, que la necesidad de mano de obra se «ha visto significativamente aumentada y se extiende a oficios como tuberos, electricistas y pintores».
Veinticinco años tiene también el Centro de Formación del Automóvil, ubicado actualmente en el Polígono de Olloniego, y que nació para prestar un servicio formativo a sus asociados, con formación para trabajadores en activo, y también para desempleados. Coincide el responsable de formación, José Ángel García, en la «seria problemática para conseguir profesionales cualificados. «La falta es muy notoria en oficialías de primera y de segunda». Y comparte con otros homólogos que la elevada oferta formativa en la región complica la captación de alumnos. Aun así, en 2022 formaron a 1.600 personas, de perfiles muy variados.
Las dificultades
¿La formación da resultados? «La respuesta no es sencilla. Que haya menos población a la que dirigir la formación es un problema para nosotros y las empresas. Además, los certificados de profesionalidad y las especialidades incluyen requisitos de acceso por niveles. Eso limita aún más acceder a determinadas acciones. Aunque nos permitan impartir competencias clave, no lo superan fácilmente los alumnos. Estamos intentando ofrecer soluciones: somos pioneros en contratos de formación y aprendizaje, y estamos explorando el arraigo por formación», una vía para que extranjeros en situación irregular puedan conseguir sus papeles y solicitar una autorización para formarse en ocupaciones en las que se precisa personal.
En este sector, los certificados de profesionalidad han ido adaptándose a la evolución del sector. Sin embargo, en hostelería y turismo, se «sienten encorsetados» con ellos, según la gerente de Otea, Eva Coppen. «Vienen con una programación ya creada desde el Servicio Público de Empleo, y ya hemos dicho que hay que actualizarlos acorde a las necesidades de las empresas. Se debe profesionalizar el sector (en el que se necesitan 2.500 empleos) y para ello se precisa colaboración público-privada».
Así, desde la escuela (también radicada en Olloniego y que imparte formación en sala, cocina y en el sector de alojamientos), avanza la idea de «rescatar un proyecto piloto, de tres años de duración. Una especie de máster en el que se aborden las tres ramas. El primer y el segundo año, de conocimientos básicos y el tercero, de especialización en una. Nos encantaría que Jaime Uz, Pedro Morán o José Andrés impartieran clases magistrales, como en el Basque Culinary Center».
La Fundación Laboral de la Construcción -que prevé formar este año a mil alumnos en el curso de prevención (necesario para acceder al sector y que ofrece gratuitamente) y a 2.000 en oficios- estima que no llenará todas las plazas aprobadas dada la amplia oferta general. «Nos cuesta atraer a la juventud», dice su director, Joaquín Rodríguez, quien indica que «según una encuesta, los jóvenes creen que en el sector se necesita mucha formación».
El perfil mayoritario del alumnado es «el de un hombre de más de 30 años que ya ha estado en el ámbito laboral y busca algo más estable». La fundación tiene una Agencia de Colocación. «La mayoría de las ofertas quedan sin cubrir. El año pasado, de 200 y pico quedaron libres un centenar. Las empresas piden una serie de criterios (experiencia entre ellos) y no teníamos a gente que los cubriera». Uno de los cursos con mayor inserción laboral es la de fachadas ventiladas con un 50%.
En técnicos de emergencias sanitarias, «la demanda es enorme en toda España», indica el director del Ieducae, Juan Luis González. Prueba de ello es que «hace un mes me llamaron de una empresa de una provincia vecina para pedirme la incorporación inmediata de cien técnicos. Raro es el mes que no ocurre».
Inserción del 90%
El Instituto de las Emergencias -perteneciente al mismo grupo de Transinsa- imparte un grado medio, de dos años. Forma a 60 alumnos de forma presencial (30 por curso) y a cien a distancia. «La demanda de transporte sanitario aumenta por el envejecimiento y porque cada vez se tiene más en cuenta este servicio para los enfermos. No en vano, el 70% del transporte sanitario son las ambulancias no urgentes para llevar a las personas a diálisis, rehabilitación...». La inserción laboral llega al 90%.
De la evolución del centro de capacitación de maquinaria de GAM, nació Kirleo Escuela de Oficios, que incorpora formación para actualizar a personal de distintos sectores en los avances tecnológicos que van apareciendo. En 2022, formó a 1.800 personas en Asturias. Su directora, Rosa Naranjo, detecta necesidades para preparar a personal de oficio. Sobre todo, en nuevas tecnologías, energías renovables, competencias digitales y softskills. También en maquinaria, Grúas Roxu sigue ofreciendo formación interna y para toda la sociedad.
ALSA, con centro de formación, apunta que, según datos de 2021, en España se obtuvieron 7.854 nuevos permisos de conducir 'D' autocares, «lo que supone un descenso paulatino. Las cifras son insuficientes para cubrir la demanda de las empresas», cuando «la edad media es de 52 años». En el sector TIC, el presidente del clúster en Asturias, Patricio Arias, sostiene que «a corto plazo se necesitará incorporar a 500 personas, pero en el medio, más». Ha desarrollado formación a la carta para distintos colectivos. Pero aun sumando la formación reglada y la no reglada, «no se llega a la mitad de lo necesario. Es una lástima en un sector atractivo. Pedimos una estrategia de región».
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