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MARÍA JARDÓN
OVIEDO.
Domingo, 14 de agosto 2022, 00:55
No hay tregua con los precios. La bajada de los carburantes en el último mes, que en Asturias se situó en el 2,4%, no permite frenar la inflación desbocada, que ya supera el 11% en la comunidad (11,1%), tres décimas por encima del ... 10,8% nacional. La escalada de los costes energéticos con la que se inició todo se ha convertido en una bola de nieve que no para de crecer y que ha contagiado toda la economía. Las facturas de luz y gas y el tique de la compra ahogan a las familias, mientras empresas y autónomos se debaten en la mejor manera de afrontarla: absorber costes a costa de la rentabilidad, trasladarlos al cliente, por completo o en parte... No hay una solución buena, pero todos coinciden en que si la situación se alarga será catastrófico. Sin embargo, ya nadie augura que el final esté próximo, ni siquiera dónde puede estar el techo de los precios.
La hostelería llega débil. Y a la energía, cuya factura «se ha duplicado», se suma el incremento de precios en productos básicos, algo que perciben «con mucha preocupación» y que tratan de paliar con «pequeñas subidas en sus precios, pero no en la proporción del aumento de costes», explica Javier Martínez, vicepresidente de la patronal Otea.
Martínez manifiesta su inquietud, ya que tampoco se sabe dónde está la rentabilidad, «al no evolucionar los precios a la misma velocidad que ha escalado la compra». El coste de los productos se ha disparado y «los márgenes comerciales con los que trabajas son mucho más pequeños».
El vicepresidente de la patronal augura «un otoño difícil» para el que deben preparar medidas más allá de encarecer la carta, como «optimizar el tipo de productos, optar por los que hayan tenido menos evolución en precios o cambiar la tipología de la carta».
La subida de precios está «impactando de lleno en las obras», explica Joel García, presidente de CAC-Asprocon, y la primera opción es «ralentizar un poco las obras, sin pararlas». Al sector le afecta tanto el aumento de las materias primas, como el de la energía. «Con estas subidas no hay márgenes, las asume la empresa», puntualiza, aunque tiene esperanza en el cambio del decreto de la revisión de precios en las obras públicas «y entiendo que eso nos va a ayudar», pero hay que esperar a que empiece a funcionar para ver hasta dónde llega. Y «en las privadas lo normal será que se pare la edificación de viviendas, pero hasta el momento no hay indicios de que esté ocurriendo».
Prevén un «otoño complicado» también los comerciantes debido a la coyuntura, que «está mermando la capacidad adquisitiva de nuestros clientes», señala Sara Menéndez, presidenta de la Unión de Comerciantes del Principado. Los artículos que reciben ya vienen con una subida, pero «estamos intentando contener los precios». «Sí que hay un ligero aumento», pero principalmente «estamos exigiendo al Gobierno del Principado y a los ayuntamientos, medidas de apoyo al consumo». Creen que el problema es la reducción de poder adquisitivo de las familias, por ello, solicitan «medidas que fomenten el consumo y ayuden tanto a los comerciantes como a los clientes».
Las empresas familiares están presentes en prácticamente todos los sectores y cada uno debe analizar cómo hacer frente a esta situación, pero para José María Salazar, presidente de Aefas, la asociación que las agrupa en Asturias, es importante «tener en cuenta que no podemos vender por debajo de nuestro coste y que vamos a intentar no repercutir el aumento en el ciudadano, pero es muy difícil conseguirlo».
Además, hace hincapié en la «preocupación importante» que existe entre los asociados respecto a que la subida de precios aquí sea más elevada que en el resto de países europeos y «reste competitividad a las empresas».
Los ganaderos están llegando a un «límite en el que es imposible soportar los costes de producción», enfatiza Mercedes Cruzado, secretaria general de Coag. Están en un momento en el que «no compensa de ninguna de las maneras» porque, aunque subió un poco lo que cobran por la leche y la carne, está «muy lejos de lo necesario». Muchos han tenido que cerrar y otros se mantienen «vendiendo ganado, deshaciéndote de patrimonio o tirando de las pagas de gente mayor». Aguantando con la esperanza de que bajen los costes, puesto que si se alarga «es inasumible».
Las empresas cárnicas asturianas también están sufriendo el impacto. Es «especialmente preocupante» el incremento continuo «de la materia prima para la elaboración de embutidos», resalta Antonio Palacio, presidente de Asincar. Una situación que tratan de paliar repercutiéndolo al cliente «en un porcentaje muy bajo en comparación con las subidas» y en los casos en que sea posible y «no existan contratos firmados a largo plazo».
El aumento del coste de la materia prima y el precio de la energía, sumados a la escasez de producto, están afectando a los precios de compra de vehículos por parte de los concesionarios, explica también Salazar, que además de presidente de Aefas es miembro de la directiva de la Asociación del Automóvil del Principado (Aspa). Unas «subidas de precios generalizadas, que no son disparatadas», de un 6% o 7%, es decir, «por debajo de la inflación».
Al ser distribuidores, dice, «no nos cabe otra posibilidad que repercutir las subidas al cliente. Si lo compramos con un 5% más de precio, no podemos vender por debajo del coste».
La subida del precio del carburante fue algo «absolutamente adverso» para el transporte. Una inflación que «ha traído serios problemas al sector, tal es así que muchas empresas han tenido que cerrar», lamenta Ovidio de la Roza, presidente de la Confederación Española de Transporte de Mercancías y de la asturiana Asetra.
Ante esta situación «hemos exigido medidas al Gobierno», que respondió con bonificaciones como la ayuda de los 20 céntimos a la gasolina y otras directas al sector. «En todo caso, a nosotros no nos resultaba suficiente y el 2 de agosto se han vuelto a acordar unas segundas bonificaciones, en los mismos términos, y así lo estamos afrontando».
El transporte de viajeros por carretera es «un sector ya de por sí muy castigado por la crisis sanitaria y que aún no ha recuperado los índices de movilidad anteriores a la pandemia». Arantza Fernández Páramo, directora general de la Corporación Asturiana de Transporte, explica que los costes de gasóleo y personal están experimentando una fuerte subida y suponen «más del 60% de la estructura de costes de las empresas». Frente a ello, lo único que pueden hacer es «reducir márgenes, sobre todo en el transporte regular, porque los precios vienen fijados por la Administración».
Los autónomos aseguran que no saben cuánto van a aguantar porque están «asumiendo unos costes extraordinariamente altos» y vienen de dos años muy duros, en los que «hemos tenido que tirar de fondos de reserva propios», explica Patricia Oreña, presidenta de ATA Asturias.
El colectivo debe hacer frente a unos gastos de servicios básicos muy elevados que, sumados a la «altísima inflación y a que no podemos hacer que repercuta en los clientes porque habría que aplicar una subida importante», los deja en una situación muy complicada. Oreña lamenta que «el futuro incierto» afecte tanto a un sector al que «no le quedan más medidas que aguantar el tirón reduciendo los beneficios enormemente».
Desde el Colegio de Economistas de Asturias, su presidente, Abel Fernández, recomienda «moderación y cautela» ante la circunstancia de «suma incertidumbre» actual. Una situación que se prevé más negativa tras el verano y en la que estaremos durante un periodo largo, «igual hasta mediados de 2023». Y, aunque en economía se pueden producir situaciones impredecibles, «no se vislumbra nada que nos haga ser más optimistas», enfatiza.
Marcos Óscar Martínez, presidente del Colegio de Graduados Sociales de Asturias, aconseja a las pymes «gestionar bien los recursos en tu empresa».
Comprende que es difícil no trasladar la subida de precios al producto final, pero «el que consiga hacerlo es el que va a competir mejor». Para ello, sugiere «mejorar el producto para que la subida del precio se vincule a un mejor servicio o revisar la línea de producción para intentar limar todos los gastos».
Finalmente, recuerda que es importante gestionar los recursos humanos.
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