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Lunes, 12 de abril 2021, 21:47
«Queremos descarbonizar, pero sin desindustrializar». Con estas palabras finalizó este lunes la presidenta de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege), ... Teresa Rasero, su comparecencia en la Comisión de Transición Ecológica del Senado. Allí trasladó la necesidad de que el desarrollo de una fiscalidad verde «no signifique más impuestos para la industria», ya que esto podría traer consigo deslocalizaciones en el sector. Al respecto, Rasero apuntó hacia el impuesto del 7% de generación, y pidió una vez más, que este tributo se convierta en un cargo «en el que la industria electrointensiva sí reciba exenciones o compensaciones», al igual que ocurre en otros países europeos.
Precisamente las comparaciones entre España y países como Alemania o Francia ocuparon gran parte de la intervención de la representante de las electrointensivas. Desde la asociación defendieron que la futura Ley del Cambio Climático y Transición Energética –que la pasada semana recibió luz verde por parte del Congreso y ahora está en el Senado para su aprobación– contemple el máximo del 25% en las compensaciones de CO2. «Es lo que se hace en otros países», donde estas compensaciones por emisiones de CO2 alcanzan los máximos permitidos por la Unión Europea. Rasero reconoció que este año la partida será más alta que otros, en concreto alcanzará los 170 millones de euros, pero «nos quedamos lejos».
Respecto a su petición, el senador del PSOE por Asturias, Fernando Lastra, manifestó que la ley ya contempla ese extremo, algo que según Rasero sería «una enorme alegría, pero viendo el viernes la redacción no lo veíamos claro».
La presidenta de Aege aseguró ante los senadores que el precio eléctrico «merma» cada día la competitividad de la gran industria frente a otros territorios como Francia o Alemania. Se trata de una vieja reclamación del sector, que lamenta que el año pasado el precio del megavatio hora fuera 25 euros más caro que en Alemania, y 23 más que en Francia. «Los costes regulados en España nos hacen ser no competitivos», subrayó.
Para ilustrar la incidencia que esto tiene en el sector industrial nacional, Rasero dio cifras y puso como ejemplo que, con el precio de la electricidad alemana en el último año, el sector en España se habría ahorrado 750 millones de euros. Una cantidad de dinero que las compañías podrían haber invertido «en mayores eficiencias, en digitalización o en avanzar más hacia la descarbonización», porque, según señaló la presidenta de AEGE, «a lo que nos enfrentamos es a un reto para reinventar la industria, que tiene que cambiar procesos, y las electrointensiva más». «Es el diferencial de tener las plantas a uno o al otro lado de los Pirineos», señaló. Por ello, estas empresas «que hemos hecho los deberes», instaron a los grupos políticos a que sigan apoyando a la industria «con medidas claras y que ayuden a su sostenibilidad».
La gran industria ve en el texto que se está tramitando una oportunidad para que el Gobierno demuestre que realmente apuesta por la industria «como lo hacen otros países en Europa». Esa apuesta se manifestaría a través de que el texto «hable expresamente de dar precios competitivos, porque hay una diferencia entre decir cosas generales y llevarlas a la práctica».
Rasero también abordó otros temas como el Estatuto para el Consumidor Electrointensivo aprobado por el Ejecutivo central el año pasado, o las exenciones legales en peajes, inexistentes para esta industria. Respecto al estatuto señaló que lo veían «con mucha ilusión» pero que no pone medidas «suficientes».
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