Los economistas ven en el precio de la energía y la fiscalidad el lastre de la competitividad regional

Según explicó el catedrático de la Universidad de Oviedo y coordinador del estudio, Santiago Álvarez, el 48,7% de los encuestados opinó que es probable que las inversiones energéticas, constituyan el revulsivo que necesita el sector industrial para que recupere su tradicional peso en la actividad económica y el empleo de la región, y casi el 10% está convencido de que será así. «Es una buena noticia porque eso significa que se podrá recuperar el peso del sector industrial de la región». En el informe, se constata que la evolución de la economía arroja datos que llevan a ser «pesimistas», aunque reconocen que tienen una visión de que «la crisis está empezando a moderarse» y manifiestan su confianza en una cierta mejoría. «Una visión de que la crisis que estamos padeciendo parece que va a tener un tiempo limitado, está ya empezando a moderarse y tiene unas expectativas de futuro», explicó Abel Fernández. El decano presidente del colegio profesional destacó que aunque estos profesionales tienen una percepción «ligeramente pesimista» de la situación económica -en una escala de -100 a 100, el valor del índice de confianza es de -12,9 puntos-, «las expectativas de cara al futuro son algo más favorables», destacó.

El Económetro es un indicador de confianza socioeconómico, cuyo objetivo es el análisis a corto plazo de temas estructurales y de actualidad. Así, respecto a las medidas de política económica para combatir la inflación, no existe un consenso sobre cuál es la más eficaz para contener la subida de los precios. El 22,1% señala la reducción de las cargas fiscales de las empresas, seguido de incrementar la competencia en el sector energético, impulsar un pacto de rentas, continuar con política monetaria restrictiva y bajar impuestos indirectos a productos de consumo básico (12,3%). Y en cuanto a las previsiones de la política monetaria del BCE, la gran mayoría de los encuestados tienen una opinión pesimista sobre la evolución a corto plazo de los tipos de interés. Por lo que se refiere a los objetivos prioritarios de inversión con cargo a los fondos europeos, casi la mayoría apunta que el apoyo a la recuperación del tejido empresarial asturiano, en especial a las pymes, «debe constituir el objetivo prioritario».

Entre los datos del informe, en el que participaron 308 economistas (32,8% mujeres y 67,2% hombres) en una encuesta realizada entre el 1 de marzo y el 17 de abril, se reflejan que dos de cada tres (el 66,3%) estima que dicha situación será igual o mejor dentro de 12 meses. En cambio, no son igual de optimistas respecto a la situación económica de Asturias. Así, el 63,7% de los participantes afirman que esta ha empeorado respecto a 12 meses anteriores, mientras que el 54,5% cree que empeorará en 2024.

También se extrae otro dato que tiene que ver con la sostenibilidad ambiental y que establece que el 62,7% opina que no es probable que los consumidores asturianos estén dispuestos a pagar precios más elevados a cambio de consumir productos elaborados bajo estándares de sostenibilidad ambiental. Mariano Espín, director comercial de Caja Rural, destacó la importancia de este informe «para el análisis de la coyuntura económica actual».