«Debemos mirar más hacia África, estoy convencida de que es el futuro»

–Acaba de ser reelegida por otros cuatro años para liderar Feda.

–Para mí, desde el principio fue un proyecto muy ilusionante y haber sido reelegida para un segundo mandato y por unanimidad es todo un orgullo. En un principio, cuando nadie te conoce, te incorporas a un proyecto desde cero, con todo por hacer. Hemos conseguido cosas y, aunque pueda parecer que a partir de ahora será todo más fácil, no es así. Todo costará un poco más. El ir demostrando que puedes hacer más cosas es un reto en sí.

–Retos nuevos y otros por concluir. ¿En qué se va a centrar?

–Tenemos muchísimo que hacer aún en el papel de la mujer. Vemos datos muy preocupantes. Por ejemplo, el 55% de las mujeres estamos en el sector del turismo, pero solo el 5% ocupa cargos directivos. Ahí es donde queremos incidir. Qué duda cabe de que la mujer está plenamente incorporada en el mundo laboral, pero nos sigue costando muchísimo llegar a esos puestos de dirección y consejos de administración.

–Ursula von der Leyen ha dicho se ha marcado que antes del fin de su legislatura el personal de la UE esté al 50%-50%.

–Yo no creo en las cuotas, sino en la meritocracia, pero es verdad que necesitamos iniciativas para poder empezar desde el mismo punto de partida todos. Ojalá en pocos años podamos decir que hablamos de personas y no de cuotas porque en un equipo de trabajo no es 50%-50%, sino que se trata de que esté igualado porque el personal esté capacitado.

–¿Cree que España está cerca de llegar a ese punto?

–No está mal situada en cuanto a igualdad, pero si miras las clasificaciones mundiales tenemos por delante a países africanos, como el caso de Ruanda.

–En otros como Irán parece que nunca se logrará.

–Es muy complejo realmente porque hablas de cultura, religión, una idiosincrasia de un país concreto. Hay una organización mundial que se llama Women G20 en la que España está representada. Y uno de los problemas que se discuten es este.

–Feda ha triplicado el número de socias en pandemia. Fade defiende los intereses del empresariado. ¿No sería posible unificar criterios y contar con una única federación?

–Debería ser así. La respuesta viene a ser como las cuotas. En su momento, no había porque la mujer no estaba representada, no trabajaba. Hace poco que salimos a la calle. Estas federaciones se crean para dar ese apoyo a la mujer y conseguir estar en esos puestos de dirección. Ojalá podamos decir que de aquí a equis años no haga falta la existencia de federaciones como Feda.

–Tiene un hijo y una hija. ¿Confía en que su generación ofrezca mayores ventajas a la mujer?

–Mi hija Susana tiene 8 años y su vida será muy diferente a la mía.

–Quizás la brecha salarial ya se haya cerrado.

–A veces da miedo ver los porcentajes de los estudios que dicen que la brecha salarial no se va a cerrar hasta dentro de 98 años; eso significa que no solo mi hija no lo va a ver, sino que tampoco su hija. Espero que no se cumpla. Yo quiero que mi hija esté en pleno derecho desde ahora, que pueda elegir, que se vea normal que una chica estudie ingeniería. Yo tuve suerte en mi casa. Mi madre, mi abuela y mi bisabuela trabajaron y lo tengo muy marcado desde siempre. Mi abuela Nancy empezó Químicas y la echaron porque había una asignatura llave para pasar curso y el profesor dijo que jamás aprobaría a una mujer y que dejara la carrera. Hizo oposiciones de Hacienda y fue la jefa del entonces impuesto de lujo. Gracias a personas como ella hoy somos lo que somos.

–A tres meses de las elecciones, ¿qué espera de los resultados?

–Desde Feda nos reuniremos con todos los grupos parlamentarios y hemos elaborado un documento en el que hablamos de políticas de igualdad que creemos se tienen que implementar.

–¿Qué reivindicaciones les lanzarán?

–Los empresarios asturianos tenemos un problema muy grave, el de la pérdida de población, por lo que contamos con poco peso en el Gobierno central. Eso va a pasar con el PSOE, el PP y cualquier partido.Asturias acaba de bajar del millón de habitantes y así es muy difícil hacerse oír. ¿Qué políticas se pueden llevar a cabo? Creo que lo que se está haciendo con el Corredor Atlántico, de intentar unirnos, al menos las regiones del noroeste, para que todos tengamos más peso y se nos pueda escuchar más, es un paso importante.

–La reciente aprobación de la subida del salario mínimo, ¿qué supondrá para los empresarios?

–Los sueldos tienen que ir subiendo y esas subidas tendrán que ser asumidas dentro de las posibilidades del empresariado. ¿Cuál es el problema? Que al empresariado el incremento también le afecta y muchas empresas están cerrando. Las subidas de salarios son necesarias para garantizar el bienestar, la capacidad económica y el poder adquisitivo, pero han de ser equilibradas, ajustadas a la actual realidad empresarial. Gobierno e instituciones públicas deben tomar medidas para la contención de precios.

–Inflación, pandemia, guerra... ¿Cómo saldremos de esta?

–Con mucho trabajo. La economía va por ciclos y la geopolítica mundial nos influye muchísimo. Es una capacidad de adaptación continua y tener flexibilidad. África es tan compleja que si no tienes esa flexibilidad y adaptabilidad constante es imposible seguir adelante. Y nos toca lo mismo. Capacidad de resiliencia y adaptarse a los nuevos tiempos.

–Usted fundó la empresa Bego Costa África & Worldwide, que opera fundamentalmente en Guinea Ecuatorial. ¿África es la gran olvidada?

–Hay un vacío en ese aspecto, pero poco a poco se está ganando. Soy una enamorada de África y estoy convencida de que es el futuro. Iberoamérica bajó mucho a raíz de la pandemia y España ha de aprovechar el momento. Por localización geográfica, somos el país europeo más cercano. Tenemos un valor percibido por parte de los africanos de nuestro producto muy alto y nuestros precios son mucho mas competitivos que los de cualquier otro país europeo. España ha de mirar más a África.

–¿Cree que Asturias está en el buen camino para un despegue hacia el exterior?

–Asturias sabe reaccionar, hay que salir adelante. Sí le echo en cara que deberíamos aprender a estar más unidos sociedad civil, políticos, empresarios; entre todos la maquinaria va a funcionar mejor. Es esencial para ese resurgir de la economía asturiana.