Uno de cada cuatro beneficiarios del salario social no accederá al Ingreso Mínimo Vital

El paso de un escenario a otro es actualmente una de las principales preocupaciones. Desde el Principado ya se trabaja en reducir la burocracia al mínimo posible para tener todos los datos disponibles en el mes de septiembre: los que son y los que se quedan fuera, pero velando porque ningún beneficiario se quede por el camino. Uno de los principales escollos actualmente para tener la radiografía completa es detectar a todas aquellas personas que no eran beneficiarias del SSB, pero que, con la pandemia, se encuentran en una situación de emergencia. Una de las líneas de trabajo son las propias bases de datos de los ayuntamientos que han puesto en marcha algún tipo de paquete de ayudas para estos colectivos. Desde UGT, la secretaria de Acción Sindical, Mar Celemín, valora «que la nueva renta se ponga en marcha desde el Estado y no quede en función de la sensibilidad del Gobierno de turno».

Por todo ello, a día de hoy es difícil definir el perfil mayoritario de los asturianos en situación de pobreza extrema que se beneficiarán del IMV. Atendiendo a las prestaciones actuales, la mayoría de las nóminas son mujeres con un hijo o dos a su cargo. Es decir, las que ahora reciben una ayuda de 574 o 650 euros y que pasarían a percibir 701 y 840 euros respectivamente.

En Asturias, la renta media por unidad de consumo es superior a la estatal, lo que provoca, en paralelo, que tanto el nivel de vida como el umbral de la pobreza en la región sea superior a la media del país, que se sitúa en 867 euros al mes por unidad. Según los datos de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei), casi un 4% de los hogares tiene un nivel de ingresos inferior a los 500 euros. El tamaño medio de dichos hogares es de 1,67 personas conviviendo bajo el mismo techo, por lo que la más de 30.000 asturianos se encuentran en esta situación. Si se sube un escalafón, hasta aquellos que cuentan con unos ingresos medios entre 500 y 1.000 euros, la cifra de hogares sube hasta el 18%. Ciñéndose a aquellos que se encuentran en una situación de pobreza extrema, el IMV cubrirá a unas 36.000 personas.

De ellos, casi todos los beneficiarios saldrán ganando al abandonar el SSB, salvo aquellos que viven solos. La horquilla de mejora oscila entre los 88 y 190 euros. No obstante, desde EAPN-AS reclaman que se amplíe el número de situaciones y supuestos que no vienen recogidos en el IMV. «Por ejemplo, las personas migrantes que no cumplen los supuestos de residencia mínima, los menores de 23 años emancipados y sin hijos, o jóvenes extutelados que abandonan la institución en el momento de la mayoría de edad».