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La mayoría de jóvenes asturianos no logra emanciparse. De hecho, más de ocho de cada diez menores de 29 años sigue residiendo en el domicilio familiar. En concreto, el 82,6%. Son cifras que se extraen de un informe del Consejo de la ... Juventud que incide en la pérdida de poder adquisitivo y las dificultades que existen para la emancipación. Según apunta el documento, al cierre de 2023 solo el 17,4% de los jóvenes de la región ha podido independizarse, un porcentaje ligeramente superior al conjunto del Estado, que está en el 17%, aunque se mantiene un punto y medio por debajo de antes de la Gran Recesión de 2008. No obstante, en el último año ha habido una mejora notable y el porcentaje de emancipación ha crecido tres puntos, gracias al impulso del mercado laboral.
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Recalca el estudio que la tasa de empleo en estas edades subió en el Principado tres puntos porcentuales, a pesar de que se contrajo la de actividad casi tres, mientras que el paro se redujo en 7,2 puntos, el mayor descenso de todo el Estado. Frente a estos avances, el sueldo medio en la comunidad es ligeramente inferior al del conjunto estatal y apunta el análisis que «con este salario es imposible para una persona joven asturiana alquilar una vivienda en solitario sin sobreendeudarse».
En el informe 'Las personas jóvenes en el mercado laboral asturiano en 2024', presentado por CC OO de Asturias la semana pasada, ya se incidía en que «a falta de políticas de vivienda ambiciosas, la emancipación de las personas jóvenes sigue siendo un reto pendiente, debido a los elevados precios de alquiler y compra, y al ahorro previo, la solvencia económica y la estabilidad laboral que se requieren para el acceso».
UGT, por su parte, ahonda en el asunto y pone el foco en dos cuestiones: por un lado, las condiciones de trabajo, «caracterizadas por la persistente precariedad y los bajos salarios», y, por otro, el acceso a la vivienda, cada vez más difícil en cualquiera de sus formas. Un análisis suyo hecho público el lunes destaca cómo, a pesar del aumento del empleo, los jóvenes sufren con una mayor severidad los estragos del paro y la temporalidad laboral, conjuntamente con la parcialidad involuntaria. Todo ello conlleva a una emancipación tardía, que se situó en 2023 en los 30,4 años, según el Consejo de la Juventud. Es decir, que lo normal en España es emanciparse una vez se sale de lo que entiende esta entidad como joven –de 16 a 29–, mientras que la media en Europa es de 26,3 años.
«Aunque es cierto que mejora el porcentaje de emancipación entre las personas jóvenes, no podemos celebrar los resultados, ya que este crecimiento es proporcional al empeoramiento de las condiciones de emancipación», censura Juan Antonio Báez, vicepresidente del Consejo de la Juventud de España.
No obstante, Asturias no es de las regiones peor paradas. Hay cuatro (Canarias, Cataluña, la Comunidad de Madrid y Baleares) en las que el alquiler de una vivienda libre sigue suponiendo más del 100 % del salario mediano de una persona joven. Paradójicamente, estos cuatro territorios son los que tienen mayores tasas de emancipación, al recibir más personas en esa franja de edad de las que se van, a lo que hay que añadir que la insularidad hace que muchos ciudadanos de las islas pequeñas se tengan que desplazar a una de las grandes para trabajar. Y se da una circunstancia, mientras que la mayoría de los que se quedan en el domicilio familiar lo hacen por no tener medios para independizarse, muchos de los que se emancipan también lo hacen obligados, al tener que marcharse de su municipio a otro que ofrezca una mayor probabilidad de trabajar o de cursar estudios más allá de los obligatorios.
«Nos emancipamos lejos de casa, obligados por la falta de empleo digno en los lugares donde la vivienda es más asequible y por la falta de vivienda de calidad en los lugares donde se encuentra el empleo. Así, lo hacemos en peores condiciones y con los precios más elevados de la historia», insiste Báez.
Desde 2008, año en el que estalló la crisis del ladrillo en España, el salario mediano de una persona joven ha subido un 6,1%, mientras que el del alquiler lo ha hecho un 40,7%. Igualmente, de nuevo, el Principado no presenta los peores datos. Según el análisis de UGT, entre 2015 y 2022 la evolución de la renta media del alquiler –medida en euros por metro cuadrado–, subió en Asturias un 18,8%, el menor porcentaje de la España peninsular y solo por encima del 15,7% de Ceuta. Contrasta esa cifra, por ejemplo, con el 42,1% de Baleares o el 36,7% de la Comunidad Valenciana, que lideran los incrementos.
De igual modo, a nivel nacional, el precio de las viviendas en alquiler es el más alto desde que hay registros: la mediana para un piso estándar se situaba al cierre de 2023 en 968 euros al mes, 88 euros más que un año antes o, lo que es lo mismo, un 10% más. Mientras, el precio de los suministros subió incluso más, un 17,3%, situándose en 163,61 euros al mes. Con ello, resulta prácticamente imposible una emancipación en solitario y lo habitual es hacerlo en pareja o compartiendo piso.
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