La cooperación empresarial será «clave» para el desarrollo del hidrógeno en Asturias

«Todos tenemos que trabajar en consorcio y crecer en conjunto», subraya Luis Buznego, consejero de Imasa, una de las compañías involucradas. Su empresa aspira a participar tanto en plantas de un tamaño relevante como lograr hacer del hidrógeno un vector energético distribuido, que plataformas logísticas u de otro tipo puedan disponer de equipos para autoconsumo.

En el lado de la construcción de instalaciones se sitúa también TSK. Su consejero delegado, Joaquín García Rico, destaca la experiencia de la empresa en proyectos de hidrógeno verde en Australia, Egipto, Arabia Saudí o España. «Estamos muy involucrados en esta iniciativa, la cual la consideramos clave, al igual que todo lo que tiene que ver con el almacenamiento de energía», asegura. El grupo, que colabora con el Centro Nacional del Hidrógeno en varios proyectos, cuenta ya con acuerdos con los principales fabricantes de electrolizadores y su experiencia lo coloca «en una posición privilegiada».

Fuentes de EdP califican a este gas renovable como «el vector clave para conseguir la total descarbonización de la economía». En este sentido, esta energética «está trabajando en varios proyectos en Asturias para convertirse en suministrador de hidrógeno verde tanto para la industria como para el transporte pesado y de viajeros». Para sus proyectos –un parque eólico 'offshore' y la transformación de las centrales de Aboño y Soto de Ribera–, podría apoyarse en proveedores asturianos.

Energéticas como Enagás y Naturgy ya han dado un paso adelante en materia de colaboración y han puesto en marcha una alianza para impulsar un ambicioso proyecto para convertir al Principado en polo de exportación de este gas renovable. El plan incluye dos parques eólicos, uno terrestre y otro marino, así como una planta de producción en El Musel.

Otras compañías que han buscado sinergias son Duro Felguera, Hunosa y Nortegas, que también han anunciado una alianza para desarrollar proyectos en las cuencas. La primera espera trasladar su experiencia en fabricación de tanques y estructuras a este sector emergente, mientras que la hullera, en plena reconversión, dispone de espacios para desarrollar proyectos y Nortegas pone a su disposición «una extensa y moderna infraestructura de gas natural, que de forma económica maximiza la capacidad de comercialización del hidrógeno» o la posibilidad de desarrollar canalizaciones específicas, aclara su directora comercial, Izaskun Gorostiaga, que cree que la manifestación de interés «demuestra la capacidad de suma que compartimos».

«La colaboración de empresas es fundamental. Hay muchas etapas en la cadena de valor y las empresas se tienen que sincronizar para cubrir todas esas etapas, desde el suministro de equipos hasta las empresas consumidoras del producto final», recalca también el director general de Rioglass, Ignacio García Conde. Su empresa aspira a entrar en el sector como productor y también en la distribución.

Para plantear estos grandes proyectos ya se ha contactado con potenciales consumidores, tanto del sector del transporte –se tendrían que renovar las flotas– como de la industria. El caso de Arcelor es paradigmático. Su descarbonización depende de que las energéticas logren suministrarle hidrógeno a un precio competitivo, pero a la vez tendrá que realizar inversiones millonarias. Ambos factores tendrán que ir de la mano o se fracasará.