El consumidor opta por la marca blanca, busca ofertas y llena menos el carro

A pesar de que miembros del Gobierno, como la ministra Yolanda Díaz, han planteado la posibilidad de limitar los precios de los alimentos básicos, en España no se ha acordado una 'bolsa antiinflación' como en Francia, que igualmente tiene sus limitaciones, ya que cada cadena elige los productos que la componen y sus rebajas. De hecho, aquí existen iniciativas no demasiado alejadas. Esta semana Eroski anunciaba una cesta de 24 productos por menos de 30 euros, mientras que Alimerka plantea una bolsa que va variando, vinculada a su folleto, también a un precio fijo de 30 euros y con alimentos como leche, huevos o legumbres.

«Hacemos un enorme esfuerzo para contener, en la medida de lo posible, esta subida de los precios, que viene motivada por circunstancias ajenas a nosotros y que no podemos controlar», explica la directora comercial de Alimerka, María Barrado Franco, que recuerda que mantienen más de 1.000 referencias en oferta, que van variando, con gran peso de los productos frescos, y que la OCU reconoció a la cadena como la que menos había subido los precios el último año.

Por su parte, desde Hijos de Luis Rodríguez (masymas, mycash, mYm y minymas) se explica que su política de precios no está calculada sobre un bloque limitado, sino sobre los precios de todas las referencias, que actualmente son más de 6.500. «Además, mantenemos comunicación constante con nuestros proveedores para ajustar siempre los precios a la baja y de esta manera tener siempre precios muy competitivos», argumentan.

Mientras, los asturianos capean el temporal como pueden y van cambiando sus hábitos de consumo. Toca apretarse el cinturón y eso se traslada a la cesta de la compra. Explican desde las principales cadenas de supermercados de la región que hay una mayor sensibilidad al precio, se buscan promociones, aprovechar los programas de fidelización, se opta más por marcas blancas y se sustituyen algunos alimentos por otros de menor coste. En las cestas cada vez hay menos chuletón y más pollo o incluso carnes preparadas, como la picada, ganan enteros. También se está reduciendo la compra de productos frescos y las cestas cada vez son menores, tienen menos artículos, aunque los establecimientos se visitan con más frecuencia. Básicamente, se va más veces a comprar para controlar el gasto y aprovechar ofertas puntuales.

Según un informe hecho público esta semana por Kantar, el 62,7% de los consumidores ya siempre compara precios antes de elegir y hay una polarización del comprador, que se decanta preferentemente por gamas altas o bajas, aunque no todos los productos se comportan igual. «No será lo mismo, por ejemplo, una categoría de consumo básico que una de consumo más vinculada al placer o el impulso», apunta esta consultora.