El consejero de Ciencia atribuye el lento avance de la I+D+i a la burocracia y la falta de presupuesto

Critica la escasa inversión, a políticos «cortoplacistas» y acusa de «desleales» a funcionarios con «resistencia al cambio»

NOELIA A. ERAUSQUIN

GIJÓN.

Martes, 16 de marzo 2021, 03:40

El consejero de Ciencia, Innovación y Universidad del Principado demostró desde su llegada al cargo que no iba a ser un político al uso. Científico que daba el salto al Gobierno regional «para cambiar las cosas», descontento con un sistema que no impulsa la ... I+D+i, Borja Sánchez no esconde sus críticas hacia la propia Administración de la que ahora forma parte. De hecho, en el blog en el que comparte en primera persona sus vivencias cada siete días -algo tampoco habitual entre altos cargos-, ha desgranado las causas por las que cree que la ciencia y la tecnología no avanzan a un mayor ritmo en la región. Se trata de un decálogo sin medias tintas, que va desde la necesidad de más tiempo para acometer los cambios que se requieren a la falta de presupuesto, pasando por «el cortoplacismo» de ciertos políticos, la escasez de personal, las trabas burocráticas o la actitud de algunos funcionarios, a los que acusa de «desleales» por su resistencia al cambio y por ejercer de «cuellos de botella».

Publicidad

Este consejero con afán transformador, que ganó gran relevancia durante los primeros meses de la pandemia por su cercanía con el ecosistema innovador y su impulso a la colaboración público-privada contra el coronavirus, no ahorra críticas a un sistema al que, asegura, su consejería y el Principado quieren metamorfosear, porque «la única posibilidad de cambiar cosas en ciencia es desde la política». E, igualmente, se muestra muy duro. «No puede ser que el 80% de la sociedad reclame más ciencia y desde las Administraciones no pongamos todas las facilidades para que esto sea factible», censura, en referencia a los datos que se desprenden de la cuarta encuesta sobre percepción social de la innovación realizada por la Fundación Cotec y Sigma Dos. Y, aunque defiende que Asturias está en el camino, cree que aún quedan muchos debes.

Satisfecho con su año y ocho meses al frente de la consejería, cuyos planes desmontó la pandemia en pocas semanas, Sánchez insiste en que su proyecto es «a largo plazo», de ahí que aún haga falta este año y parte del que viene para diseñar el sistema de gobernanza adecuado para desplegar todas las convocatorias de I+i en tiempo y forma. Tres años, porque los procedimientos «hay que diseñarlos bien, con seguridad jurídica, para que sean ágiles, garantistas y efectivos».

Pero este proceso, denuncia, choca con «muchos políticos que no ven la importancia del desarrollo científico-tecnológico», a los que acusa de seguir «en clave cortoplacista», mientras que «aquí se viene a cumplir un proyecto que se llama programa de Gobierno», con hitos fijados, incluso a pesar de la pandemia. «Nos queda camino por recorrer para que haya menos políticos que vengan a transitar y más a transformar», se queja.

Publicidad

En este contexto, también censura el poco peso de la ciencia en la Administración, con menos de 40 funcionarios destinados a ella de 38.000. «Nos falta dimensión», sin que tenga que ser en la propia consejería, sino quizás en el entorno, aclara.

Los diez argumentos del consejero

  • 1. Proyecto a largo plazo. Se está en el camino, pero hacen falta tres años para diseñar el sistema de gobernanza adecuado con seguridad jurídica y para que los instrumentos sean ágiles.

  • 2. Políticos cortoplacistas. Cree que aún hay muchos que no ven la importancia del desarrollo científico y tecnológico. «Menos políticos que vengan a transitar y más a transformar», reclama.

  • 3. Dimensión. Hay unos 40 funcionarios, de 38.000, trabajando en el Principado.

  • 4. Sector privado. No termina de despegar su inversión en I+D+i por falta de colaboración público-privada y agilidad en los trámites.

  • 5. Dispersión. Las competencias no están concentradas y hay departamentos en los que la I+D no es una prioridad.

  • 6. Resistencia al cambio. En segundos o terceros niveles de la Administración, pueden bloquear la accion de gobierno, «son desleales» y generan «cuellos de botella»

  • 7. Gasto. «Estas resistencias y su pandilla de adláteres» ven la ciencia como un gasto, sin ningún beneficio. «No podemos dar la espalda de ninguna forma a la sociedad que reclama más inversión en ciencia.

  • 8. Normativa. El consejero considera que, a pesar de las revisiones de la ley de ciencia, se arrastra «muchísima normativa» que impide desplegar procedimientos ágiles.

  • 9. Falta de colaboración. En algunos puntos de la Administración «y su perímetro» que impiden desplegar una estrategia común.

  • 10. Inversión. «La ciencia es el primer lugar donde se piensa recortar», lamenta el consejero, que advierte de que si la Administración no sube –y ejecuta– su inversión en I+D+i «difícilmente va a acompañarle el sector privado». «Esto es una pura cuestión de voluntades», señala.

El bloqueo de una persona

Dentro del Principado, desvela, además, que existen «resistencias al cambio muy grandes», que chocan con «la buena intención de reordenar». Así, cree que argumentos del tipo 'esto siempre se ha hecho así' provocan retrasos en el despliegue de la acción de gobierno, como que salgan a tiempo las convocatorias. «Incluso a veces una sola persona puede bloquear la acción de una consejería», revela, y asegura que estas resistencias, que se encuentran «en segundos o terceros niveles, son desleales, entienden que la Administración es todavía una jerarquía estricta y actúan como cuellos de botella por su aversión al cambio. Y la innovación es precisamente eso: cambio». El consejero va más allá y también critica que esos frenos «y su pandilla de adláteres» vean la ciencia como un gasto, «sin ningún beneficio para la sociedad», en vez de considerarla «una garantía de futuro», cuya inversión hay que justificar.

Publicidad

Y también pone el foco en la empresa privada, cuya inversión en I+D+i «no acaba de despegar», aunque sin culparla, ya que justifica este hecho en que «no se cuenta aún ni con el entorno adecuado de colaboración público-privada, ni con los instrumentos precisos para tener procedimientos administrativos ágiles». De ahí que defienda la agencia de ciencia e innovación y la ley de ciencia en las que trabaja el Ejecutivo. Asimismo, critica duramente la falta de inversión, que su sector «sea el primer lugar donde se piensa para recortar» . «Si la Administración no sube -y ejecuta- su inversión en I+D+i difícilmente va a compañarle el sector privado, y esto es una pura cuestión de voluntades».

Otro de los puntos que censura es el reparto de las competencias de I+D+i en distintos departamentos y reclama su concentración, para que por ejemplo no se impulse la creación de empresas de base tecnológica desde uno, cuando las ayudas para acelerar el proceso son «la última prioridad» de otro De hecho, también habla de falta de colaboración y «de entendimiento de que hace falta desplegar una estrategia común».

Publicidad

No obstante, pide optimismo, puesto que esta es «una receta de cocción lenta y con una mezcla precisa de ingredientes» y se ofrece a «seguir poniendo soluciones» como parte de un equipo «que ha dado un golpe de timón».

Lea íntegro el artículo de Borja Sánchez.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad