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La tregua de 90 días en la imposición de aranceles anunciada por el presidente estadounidense, Donald Trump, ha tenido un impacto directo en ... los mercados, pero más allá de los rallies bursátiles, esta moratoria también ha abierto una ventana de oportunidad para que las empresas exportadoras adelanten sus envíos con el objetivo de evitar posibles tarifas futuras, una estrategia que ya se ha observado en ocasiones anteriores y que también se plantea ahora en el Principado.
En ese sentido, el director general de la Sociedad de Promoción Exterior Principado (Asturex), Bruno López, considera que «es posible que se haga acopio en ambos territorios (Estados Unidos y Asturias) de ciertos suministros». Explica, además, que los datos recopilados hasta el momento reflejan dicha dinámica: «En enero ya pudimos ver alguna tendencia que esperamos confirmar con mayor impacto cuando salgan los datos de febrero a finales de este mes».
Esa estrategia no es nueva y, de hecho, algunos sectores ya se habían anticipado, como es el caso del vino. Ya en febrero, varias bodegas españolas, ante la amenaza de aranceles del 10% a los vinos europeos, decidieron enviar a Estados Unidos suficiente 'stock' para cubrir un mayor volumen de ventas del habitual, una forma de mantener su presencia en el mercado de la primera potencia mundial sin la necesidad de trasladar los costes a los consumidores a través de una subida de precios. Lo mismo ha sucedido con el aceite de oliva, que ha incrementado sus exportaciones en los últimos meses ante las expectativas de un incremento de las tarifas por parte del país norteamericano.
No obstante, Luis Vallina, consejero delegado del grupo asturiano Nueso, que entre sus actividades incluye la gestión de compras y la logística, considera que «hay que tener una visión más amplia» respecto a los aranceles, porque «EE UU ha perdido su capacidad industrial para determinadas manufacturas y ha perdido competitividad frente a Europa en el caso de los bienes de equipo, como determinados tipos de acero, y frente a Asia y México respecto a manufacturas electrónicas». En su opinión, «el arancel realmente no lo sufre el que exporta», siempre y cuando se trate de productos con alto valor añadido: «Hay otros factores como la divisa, además de los aranceles y, por supuesto, la necesidad y la capacidad de sustitución de la tecnología que se vende».
En caso de llegar a implantarse, el impacto directo en la economía asturiana sería moderado en comparación con otras regiones que sí tienen un mayor intercambio comercial con EE UU. El país de las barras y las estrellas no figura entre los principales socios comerciales del Principado, al menos en el caso de las exportaciones, que en 2024 alcanzaron los 234 millones de euros, un 4% del total. El número de empresas exportadoras llegó a 438, de las cuales 98 lo hicieron de forma habitual. Las importaciones sí fueron más altas, con un importe de 874 millones, un 15% del global. Además, según REGIOlab, el Laboratorio de Análisis Económico Regional de la Universidad de Oviedo, casi el 2% del PIB y unos 7.500 empleos dependen en el Principado de las relaciones comerciales con ese país.
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