-Asetra no vio con buenos ojos el paro indefinido de marzo ni tampoco el del pasado lunes. ¿El sector no tiene motivos para protestar?
-Los males del sector no se remedian con dos paros indefinidos ni con mensajes eucarísticos. A través de los acuerdos de diciembre de 2021, mejoraron las condiciones de nuestros trabajadores y de los autónomos, y la negociación entre cargadores y transportistas es más equilibrada. Ahora, estamos en un punto y seguido, desarrollando y matizando esos acuerdos, por eso convocar un paro indefinido no tiene ningún sentido. De hecho, tuvieron que desconvocarlo porque fue un fracaso y tuvo un calado mínimo.
-En ese punto y seguido, ¿qué asuntos están sobre la mesa?
-Entre el 11 de noviembre y el 15 de diciembre, hay programadas once reuniones con el Ministerio de Transportes ni más ni menos. Abordaremos la Ley de Costes -para no trabajar a pérdidas-, los estándares de calidad de carga y descarga, las buenas prácticas en el sector, la reforma de pesos y dimensiones -para ampliar la capacidad de los vehículos- y también hablaremos de los peajes o de la falta de conductores.
--¿Y a qué se debe que el transporte sea uno de los sectores donde hay mayor escasez de profesionales?
-En Asturias, se necesitan unos 400 conductores, más para largo recorrido, nacional e internacional, que para transporte de mercancías dentro de la comunidad. Los sindicatos dicen que se paga poco. Pero es tanta la necesidad ahora mismo que te puedo asegurar que ninguna empresa deja marchar a un conductor por el sueldo. Ahora los vehículos son más cómodos, las carreteras han mejorado y los conductores ya no hacen la carga y descarga. Pero tenemos que buscar la forma de hacer más atractiva la profesión para los jóvenes, mejorando en lo posible las condiciones de carácter social para favorecer la conciliación familiar. Y en ello estamos. Aunque hay condiciones que forman parte de la razón de ser de la profesión y no se pueden cambiar.
-¿Qué les dice el ministerio de su plan para implantar peajes en todas las autovías?
-Ese plan lo van a llevar a cabo tarde o temprano. Pero hay mucho que discutir al respecto y tenemos la palabra del ministerio de que contarán con el sector en este asunto. Por ejemplo, si siguen adelante con esta idea, nosotros creemos que deberían replantearse el coste del peaje del Huerna, que es de los más caros de España. Por mucho que traten de aminorar el precio resulta que las bonificaciones de 2022 empezaron a aplicarse en julio. Así que los primeros seis meses nos los tragamos.
-El 31 de diciembre se eliminará el descuento de 20 céntimos en el precio del combustible. ¿Un mazazo?
-Nos llega el mensaje de que se está barajando la posibilidad de mantener ese descuento para algunas actividades mientras el precio del combustible siga tan alto. Entre esas actividades, nos gustaría que estuviese el transporte. Es algo que suena, pero sin que nadie lo concrete. Ahora mismo, un camión con 40 toneladas de carga puede consumir entre 5.000 y 6.000 euros de combustible, el doble que hace un año.
-¿Está preparado el sector del transporte para una transición energética?
-Ese tema nos pega de lleno. Está muy bien hablar de vehículos de hidrógeno, porque sobre el papel es todo muy fácil. Pero la posibilidad real de que circulemos mayoritariamente con camiones de hidrógeno en 2027, que es lo que plantean, resulta más complicado. Yo diría que es una utopía. La incorporación de este tipo de vehículos debe hacerse de forma muy progresiva, porque son muy costosos. Ahora mismo, un camión de hidrógeno cuesta cinco veces más que uno de gasoil.
-Arcelor es una de las principales fuentes de actividad del transporte asturiano. ¿Han notado la parada del horno alto 'A'?
-Este año se trabajó muy bien hasta agosto. A partir de ahí, se ha notado una bajada en la cartera de pedidos, sí. Lo que va a pasar en adelante, no lo sabemos. Arcelor es el mayor consumidor de transporte de Asturias y un elemento fundamental, que habría que tratar con mimo. Pero en Asturias, desgraciadamente, no se cuida mucho al empresario. Ni en temas de fiscalidad ni de burocracia. Aquí, en contra de lo que ocurre en el País Vasco o en Madrid, las iniciativas empresariales se eternizan. Sigue habiendo esa mentalidad de que el empresario es el enemigo y deberíamos darle la vuelta a eso.
-¿Es verdad que con la invasión rusa de Ucrania el carbón vuelve a circular?
-Nosotros movíamos antes unos 4 millones de carbón térmico al año. Ahora estaremos transportando un tercio. Un error más de la ministra Teresa Ribera (ministra de Transición Ecológica). Esperamos que la regasificadora o el eólico marino nos traiga nueva facturación. Pero hemos perdido la autopista del mar, por la que pocos apostamos, y sigue siendo necesario potenciar el tráfico de contenedores en los puertos. La verdad es que Asturias tiene poco peso político.
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