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El comercio asturiano reclama ayudas urgentes y asegura que «el otoño se presenta como un gran camino tortuoso y sin brújula». La subida de precios de la energía, el efecto de la inflación y la incertidumbre pronostican escasas ventas, por lo que se demanda al ... Principado «una acción contundente y decisiva de defensa y apoyo» porque, advierte el sector, si no se actúa a corto plazo no habrá empresas «a las que digitalizar, potenciar, ayudar y hacer sostenibles a medio y a largo plazo».
La Unión de Comerciantes de Asturias asegura que el comercio asturiano se encuentra «entre los que han experimentado un peor desarrollo nacional en lo que va de año». Tras un crecimiento cercano al 0% en enero y febrero, la evolución negativa es clara tanto en marzo ( -8,3%) como en abril ( - 0,8%). «Las tiendas están más vacías y los locales cerrados son más numerosos», se lamenta.
Los fondos económicos que en Asturias se están destinando al comercio minorista, aseguran los comerciantes, atienden a necesidades a medio y largo plazo para una mayor competitividad del sector en la medida en que se adapte a las necesidades de digitalización y sostenibilidad que se imponen a las empresas, pero para llegar al medio plazo,insisten en que hay que superar el corto plazo y este implica trabajar para lograr mayores ventas en los próximos meses. Una de sus propuestas es repetir la iniciativa que se llevó a cabo el pasado año en Gijón: la puesta a disposición de la clientela de bonos cuyo valor sea superior al coste de adquisición y que esa diferencia sea aportada con dinero público. «El Ayuntamiento de Gijón, con una inversión de un millón ha llegado a movilizar casi 3 millones de euros», recuerdan.
La experiencia marca, según los comerciantes, que las familias perciben con estos bonos una ayuda al consumo y animan a la compra, y, por su parte, los comercios reciben unas compras que de otra forma no se producirían o, al menos, no en este volumen, mientras el sector comercial «sigue generando empleo, riqueza y calidad de vida en nuestros pueblos y ciudades».
Pese a que las previsiones para el verano son bastante buenas, si no se adopta ninguna medida los profesionales del sector creen que las consecuencias van a ser graves.
«No podemos engañarnos, dos meses buenos de verano no compensan un año de incertidumbre y si algo hace mella en las empresas de comercio minorista es no saber qué pasará con su clientela y cómo responderá ante la próxima temporada, que ya han comprometido, comprado e incluso pagado meses antes de ponerla a la venta».
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