La cifra de trabajadores mayores de 55 se duplica en Asturias en veinte años y la de jóvenes cae a la mitad

La falta de relevo es el problema más claro, pero hay otros aspectos, como la necesidad de adaptar puestos o mayores esfuerzos en formación

Lunes, 11 de diciembre 2023, 00:30

Es la vuelta del revés de la pirámide poblacional llevada al mercado laboral. En los últimos meses resuenan con fuerza titulares que hablan del desembarco en el sistema de pensiones de la jubilación del 'baby boom', de plantillas envejecidas que no encuentran relevo generacional o ... de que la cifra de trabajadores que superan los 55 años se dispara. Estas cuestiones no son una novedad en Asturias, donde prácticamente uno de cada cuatro ocupados supera esa edad. Con un 23,7% del total, es la segunda comunidad del país, tras el 25,4% de Castilla y León, que tiene más personal mayor, en esa franja que se encamina al fin de su vida laboral. Hace 20 años la proporción era la mitad, un 11,1%.

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La configuración del mercado laboral asturiano se ha transformado por completo en las últimas dos décadas si se atiende a la edad de los trabajadores. En 2003 había 43.600 ocupados mayores de 55 años, menos de la mitad que ahora, con 94.300. Por contra, los menores de 35 años eran prácticamente el doble. Entonces había 142.300, ahora apenas superan los 74.000. De un 36% se ha caído a un 18,6%. En el medio, en las dos décadas centrales de la vida laboral, entre los 35 y los 55, se queda ahora un 57,7%, 229.900, frente al 52,6% de 2003, con 206.000. Por el camino, el Principado ha ganado 6.200 trabajadores, según la última Encuesta de Población Activa, gracias básicamente a la incorporación de las mujeres al mercado laboral: hay 40.600 ocupadas más que hace dos décadas y hay 34.400 varones menos.

  • El índice de recambio se desploma en el Principado Los mayores de 64 años son más del doble que los menores de 16. El índice de recambio, que pone en relación la población en edades próximas a la jubilación (60-64 años) y aquellos cercanos a incorporarse al mercado laboral (20-24 años) dibuja un panorama sombrío sobre el relevo generacional. En 2022, ese índice se situó en 209,27 (210,01 en 2021), lo que viene a querer decir que hay un 109,27% más de población próxima a jubilarse que la que en principio se podría incorporar al mercado laboral. Esto indica «que pueden existir problemas para la cobertura de vacantes en algunas ocupaciones o sectores, como ya viene ocurriendo», explica el Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe) en el Informe de Trabajo de Asturias de 2023. Pero el envejecimiento de la masa laboral no es homogéneo. Las actividades más envejecidas de la región son, por este orden: empleadas domésticas; los trabajadores inscritos en la categoría de reparación de ordenadores, efectos personales y artículos de uso doméstico; la agricultura y la ganadería y los empleados de la Administración Pública.

¿Y qué impacto tiene esta transformación del mercado laboral asturiano? Enorme y va mucho más allá de la sostenibilidad del sistema de pensiones. Por un lado, se cuenta con una mano de obra experimentada, pero también más reacia a los cambios o a la incorporación de las nuevas tecnologías, y también es más proclive a las bajas médicas asociadas a achaques de la edad. Subraya la Fundación Adecco del posible desajuste de competencias entre los trabajadores, especialmente patente a través de la brecha digital, lo que obligará a ofrecer más formación; la necesidad de adaptación de puestos que requieren esfuerzo físico y su reemplazo por tareas cognitivas -lo que se puede complicar en algunas actividades y, sobre todo, si se acumulan muchos perfiles mayores-; o la menor flexibilidad de la plantilla, que puede derivar en una pérdida de competitividad. Sin embargo, el mayor problema está en un futuro tan cercano que ya es presente: la falta de relevo generacional. No hay personal para sustituir a aquellos que se jubilan, lo que lleva por otro lado a no poder prescindir del talento senior.

Es lo que se conoce como la «silverización» del mercado laboral o su «desjuvenización», según apunta el III Mapa del Talento Sénior presentado por Ageingnomics, el centro de investigación de la Fundación Mapfre. Los autores del informe advertían de «la importancia de poner en marcha medidas que fomenten el empleo en los mayores de 55 y que luchen contra el edadismo laboral», esto es, el rechazo de las empresas a contratar a veteranos. Porque el peso de los trabajadores mayores podría ser incluso superior, ya que son el colectivo en el que se concentra buena parte del paro de larga duración. Una vez expulsados del mercado tienen mucho más complicado regresar a él. Un reciente experimento de la Fundación Iseak constataba esta cruda realidad. Se mandaron cientos de solicitudes con dos currículum gemelos, en los que la única diferencia era la edad: el más joven (35 años) recibió el doble de convocatorias para ser entrevistado que el de 49 años. «Hemos de dar por clausurada la etapa de discriminación al trabajador mayor de 45 años, hay que tener en cuenta que están en el ecuador de su vida profesional y que además cuentan con valores que les hacen altamente competitivos como la experiencia, la madurez o el control emocional», subraya Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.

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La discriminación que sufren los mayores en los procesos de selección hace que se queden atrapados en el desempleo, por eso el paro de larga duración está copado por mayores. Según los datos que maneja el Servicio Público de Empleo del Principado (Sepepa), en 2022, de media, 20.726 asturianos llevaban más de un año en situación de desempleo y tenían más de 45 años, uno de cada tres parados. De hecho, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, lanzó un SOS a las empresas el pasado mes de abril par que contrataran a esos perfiles senior.

Y la situación se irá agravando en los próximos años, con el envejecimiento de los trabajadores que se encuentran ahora en esa franja central de la vida laboral. Según la estadística de población del INE, a cierre de 2022 en Asturias, había en Asturias 144.453 niños y jóvenes menores de 20 años, hace dos décadas eran 163.213, 18.760 más. Mientras, por encima de los 65 años, hay 272.856 asturianos, al cierre de 2002 eran 237.434, 35.422 menos.

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