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Cándido Méndez, exsecretario general de UGT. ALBERTO FERRERAS
«Se tomó la solución más razonable en la integración entre SOMA y FICA»

«Se tomó la solución más razonable en la integración entre SOMA y FICA»

Cándido Méndez. Secretario general de UGT desde 1994 hasta 2016 ·

«Hay que ser muy cuidadoso en este proceso de transición energética, pues será muy difícil encontrar alternativas de empleo»

LAURA CASTRO

GIJÓN.

Lunes, 3 de septiembre 2018, 00:48

Vivió con «preocupación» la tensión desatada entre SOMA y FICA, pero está convencido de que el desenlace fue el mejor posible, pues «no podía haber una escisión, en ningún caso, del sindicato minero». Cándido Méndez (Badajoz, 1952), secretario general de UGT desde 1994 hasta 2016, participará mañana en el acto inaugural de la Escuela de Verano del sindicato en Asturias. Asegura mantener «estrechos lazos» con los sindicalistas de la región y seguir de cerca sus pasos. Por eso, sabe que «son tan necesarios o más que antes», entre otras cosas, por el proceso de transición energética, que, asegura, debe «respetar los intereses del territorio».

-¿Como es su vida ahora que está alejado de la dinámica sindical?

-Es una etapa muy diferente, aunque no me he desvinculado por completo. Le debo todo a UGT y estoy a la disposición del nuevo grupo de dirigentes.

-¿Da otras perspectivas ver las cosas desde fuera?

-Da otro criterio, más bien. Ahora tengo tiempo para reflexionar a fondo lo que sucede, a digerirlo antes de posicionarme.

-¿Cómo vivió el conflicto entre SOMA y FICA por la integración?

-Con muchísima preocupación. Tuve una vinculación muy fuerte con la UGT de Asturias y con el SOMA durante mi etapa como secretario general y tenía claro que en ningún caso se podía producir una escisión del sindicato minero.

-¿Le convenció la solución?

-Creo que ha sido la más razonable que se podía tomar. Confío en Javier Fernández Lanero (UGT Asturias), Jenaro Martínez (FICA) y José Luis Alperi (SOMA-Fitag). Este triángulo debe asegurar el futuro del sindicato. Son jóvenes, pero no novatos.

-Asturias está envuelta en el debate de la transición energética. ¿Se puede minimizar su impacto ante la celeridad que denota el Gobierno por acabar con el carbón y las térmicas?

-Hay que aplicar el concepto de transición justa. Se debe ser muy cuidadoso a la hora de tomar determinaciones, respetar los intereses de los territorios y tener muy en cuenta a las personas afectadas, porque no será fácil encontrar alternativas de empleo. El ecologismo va ligero de equipaje en esto, pero los sindicatos vamos con una caravana de familias trabajadoras. Los cambios deben ir acompasados al tiempo y a la situación en la que se quedan las personas.

-También se augura un «otoño caliente» por el bloqueo de los convenios colectivos. ¿Es posible que el pacto salarial a nivel nacional afecte negativamente las negociaciones en Asturias?

-Lo lógico sería lo contrario, que el pacto salarial fluidificara el proceso, lo dinamizara. De hecho, debe ser la palanca para resolver todos los bloqueos. No parece lógico que haya un retraso en la negociación colectiva de convenios y menos aún que haya varios pendientes desde hace años. No es admisible. La patronal debe ejercer buenos oficios. El pacto es obligacional. Es decir, no pone una pistola en el pecho a nadie, pero es una obligación social.

-¿Considera que hay una 'deuda pendiente' con los salarios de los trabajadores ahora que ya se habla de recuperación económica?

-Es probable, sobre todo con los que están en peor situación. Hemos entrado en una etapa de crecimiento económico, pero las desigualdades y el número de trabajadores que no salen de la trampa de la pobreza aún teniendo un sueldo, no dejan de aumentar. Estamos llegando tarde ya a reducir esa brecha salarial.

-Los sindicatos han estado en tela de juicio en los últimos años, justo cuando los problemas sociales más se han incrementado...

-Somos tan necesarios o más que antes. En los últimos tiempos nos hemos olvidado de las desigualdades verticales (entre trabajador y empresa) en detrimento de las horizontales (entre hombres y mujeres, por ejemplo). Hay que recuperar esta lucha, pues es la diferencia entre ricos y pobres, países desarrollados y tercer mundo.

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