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Más allá del fútbol, todo apuntaba a que para España el gran rival a batir para acoger la segunda planta en Europa del gigante chino ... de la automoción BYD era Francia. Sin embargo, Turquía ha dado la sorpresa y albergará la instalación, que también pretendía captar Asturias. El ministro de Industria del país, Mehmet Fatih Kacir, y el consejero delegado de BYD, Wang Chuanfu, firmaron en Estambul un acuerdo de 1.000 millones de dólares (unos 925 de euros), en presencia del presidente Tayyip Erdogan. Según el ministerio, BYD abrirá una fábrica con una capacidad de producción de 150.000 automóviles al año destinados a Europa y generará 5.000 empleos directos.
Aunque todavía no se ha anunciado en qué región se ubicará, se prevé que BYD se instale en la provincia de Manisa, cerca de la ciudad costera de Esmirna, en el oeste de Turquía, en terrenos donados por el Estado. Aunque el país otomano no pertenezca a la Unión Europea, mantiene fuertes vínculos y acuerdos comerciales, por lo que BYD podrá sortear los altos aranceles anunciados por Bruselas de hasta el 38% para los automóviles eléctricos chinos que quieran acceder al mercado comunitario. Además, en su territorio las ventas de vehículos enchufables se multiplicaron por nueve en 2023 y superan a las de países como Italia o España.
Por otro lado, BYD encontrará allí mano de obra con salarios más bajos y también una dilatada experiencia en el sector, con una red de más de 530 subcontratistas. Gracias a los menores costes y a su acceso al mercado europeo, Turquía atrajo desde los años 70 a numerosos fabricantes, entre ellos, Fiat, Renault, Ford y Toyota.
De este modo, Asturias pierde otra oportunidad de atraer una planta de BYD, la segunda. Para la primera, el año pasado, ejecutivos de la firma llegaron a visitar el Principado con el objetivo de conocer los terrenos de la Zona de Actividades Logísticas e Industriales de Asturias (ZALIA), que podría albergar una instalación de las características necesarias, así como el puerto de El Musel. Sin embargo, finalmente, el gigante chino se decantó por Hungría.
Su primera factoría en Europa se ubicará en la localidad de Szeged, al sureste del país, y se espera que esté en marcha en menos de tres años con la promesa de generar miles de empleos, apoyar el desarrollo económico local y reforzar las cadenas de suministro. Comunidades como Galicia y Castilla-La Mancha también pujaron por aquella planta, hasta el punto de que el presidente de esta última, Emiliano García-Page, llegó a viajar a China para intentar captar la inversión.
Después de la decepción que supuso la elección húngara, la esperanza resurgió con el anuncio por parte de BYD de que pretendía construir otra factoría para dar servicio al mercado europeo. Una delegación del Ayuntamiento de Gijón, encabezada por el concejal de Relaciones Institucionales, Jorge González-Palacios, en visita institucional a China, llegó a entrevistarse con responsables del grupo. A la vez, desde el Principado, se ha insistido en que existe una labor «discreta» con el objetivo de atraer este tipo de inversiones. Se tendrá que esperar para ver si hay una tercera oportunidad y va la vencida.
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