«Un buen tomate es un artículo de lujo, se ha convertido en algo casi intocable»

Sí es verdad, manifiesta, que «ahora queremos todo todo el año y eso conlleva que pagues precios más altos porque muchos artículos vienen de fuera y el transporte encarece los costes». En su caso, casi todos los productos que tiene en su tienda son de kilómetro cero. Esto es, de entornos cercanos. Pero también hay melones, fuera de temporada, que son de importación, y kiwis que han experimentado una subida espectacular. Por contra, cuenta que las naranjas y las manzanas se van estabilizando, «pero eso quiere decir que no volverán a su precio anterior».

Los comerciantes insisten en que la rebaja del IVA apenas se percibe, ya que «también sube el plástico, el papel, y elementos que debemos adquirir». La marca blanca es la solución para muchos, cuenta Vanesa Fernández, quien indica que «con críos pequeños no puedes renunciar a comprar galletas, yogures y leche con mucha frecuencia», por lo que sus marcas habituales han quedado relegadas, al menos, de momento. La escasa atención a la economía española en pro de la de otros países es una de las razones que argumenta Loli Camblor para explicar la situación actual. «No se hacen bien las cosas, ya que se está dejando de plantar y hay zonas como Castilla que son un barbecho».

El sector cárnico también se lamenta del excesivo incremento de costes. Manuel Rubio, que regenta la carnicería Manolo, asegura que «ahora es rara la semana que no hay una subida y antes eso ocurría, como mucho, una vez al mes». En su opinión, «hay precios que se mueven sin sentido y con excesiva rapidez». En su establecimiento se venden también legumbres, huevos y derivados y todos ellos, afirma, «han subido una barbaridad y a veces no los subes a los clientes porque no pueden entender que sea con tanta frecuencia».

A la hora de adquirir pescado, ahora mismo la merluza y el menudeo se llevan la palma, más al alcance de los bolsillos. Algunos hacen una excepción y compran lubina los fines de semana, cuentan Rebeca Leiro y José Manuel Vega, de la pescadería Josmar. «Se ahoga al ciudadano con tantas subidas», afirman.