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P. L.
GIJÓN.
Jueves, 31 de diciembre 2020, 01:13
«Esta transacción hace frente a todos los desafíos del sector y nos posiciona en una situación sólida y adecuada para afrontar los retos actuales ... y futuros». El presidente de Unicaja, Manuel Azuaga, mostró ayer su satisfacción por haber alcanzado finalmente un acuerdo con Liberbank para sumar fuerzas. Aunque es evidente que ganar tamaño de manera tan significativa como lo harán ambas entidades con la resultante es muy positivo, Azuaga recalcó que esto no es un fin en sí mismo, sino que la meta real es «incrementar de forma notable la eficiencia, la rentabilidad y la fortaleza financiera» para encarar las necesidades del mercado. Una unión «muy meditada» y que se beneficia del hecho de que ambas entidades tienen un perfil de riesgo muy bajo y una exposición a sectores más afectados por la crisis «mucho menos que sus comparables», por lo que se prevé que el impacto de la covid-19 sea mucho menos significativo que en otros bancos».
Azuaga, que continuará como presidente con funciones ejecutivas hasta 2023, rechazó frontalmente que se haya trasladado el problema a 2023 para llevar a buen puerto la fusión. «A partir de hoy, estaremos todos remando en la misma dirección». Sobre la «revaluación» de Manuel Menéndez como consejero delegado en esa fecha, se remitió al proyecto de fusión, que solo establece que en esa fecha el presidente dejará de tener poderes ejecutivos y se adaptarán las funciones del consejero delegado. Se mantiene, por tanto, la incógnita sobre si Menéndez se convertirá entonces en el primer ejecutivo del banco.
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