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Banco Sabadell mantiene el pulso frente a la opa hostil lanzada por BBVA. l consejero delegado de la entidad, César González-Bueno, cuestionó ayer los números de la oferta, advirtiendo de que la fusión supondrá más costes y menos ahorros de lo transmitido al ... mercado por la entidad presidida por Carlos Torres. Frente a esas acusaciones, BBVA defiende el «rigor» de sus números. «Todas las cifras trasladadas por BBVA han sido calculadas con el máximo rigor, como hacemos en todas las operaciones», indican fuentes de la entidad.
Pese a ello, González-Bueno asegura que los errores de cálculo fueron uno de los motivos por los que se rechazó la opa. Según explicó, la entidad presidida por Carlos Torres no incluyó las actuales alianzas que Sabadell mantiene con Amundi en gestión de activos y con Zurich en seguros. Y dentro de su limitada capacidad para cumplir el 'voto de silencio' impuesto por la ley de opas, el directivo añadió que la ratio de 1,8 veces que BBVA prevé entre costes (estimados en 1.450 millones de euros) y sinergias (850 millones) es en realidad de 3 veces.
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Es decir, se infravaloran los costes de la fusión, así como el impacto sobre capital de 30 puntos básicos estimado, según indica Sabadell. «La cifra es bastante superior», expresó González-Bueno durante su intervención en un encuentro financiero organizado por el IESE y FTI Consulting.
González-Bueno negó rotundamente que BBVA intentara una fusión amistosa desde el principio. Aseguró que la oferta llegó «sin negociaciones previas». Unas palabras que provocaron la reacción inmediata del banco oferente: «Reafirmamos que los contactos se iniciaron a mediados de abril», aseguran fuentes de la entidad.
Más allá de la diferencia de términos entre 'negociaciones' y 'contactos', lo cierto es que cada día que pasa la relación entre ambos bancos está más tensa. «Todo empezó con una carta que recibió el presidente el 30 de abril; Entonces, se convocó al consejo y se nombraron asesores financieros y jurídicos de primer nivel de cara a otro encuentro el 6 de mayo», insistía ayer el número dos del Sabadell.
Aquel encuentro fue clave para el posterior desarrollo de los acontecimientos. «Los consejeros tenían claro que debían afrontar una valoración sin intereses personales y desde un punto de vista racional», explicó el ejecutivo. Recordó que, tras ese consejo, se inició la ronda de contactos con los bancos de inversión con un objetivo prioritario: mostrar la diferencia de la creación de valor de Sabadell en solitario, frente a lo que ganarían los accionistas con un 16% de la entidad resultante, tal y como plantea la oferta. «Hemos batido nuestros presupuestos en los últimos tres años y en el primer trimestre ganamos un 50% más con crecimiento en todos los negocios. No inflamos los datos en absoluto», sentenció González-Bueno en referencia a la valoración que BBVA hace de la entidad.
«El consejo también consideró que había que tratar la cuestión social, el impacto en empleados y clientes, y las conclusiones iban en la misma dirección de rechazar la oferta y por eso se tomó esa decisión», explicó el directivo, quien reconoció que existe cierta preocupación en la plantilla del banco por los posibles recortes si la operación llega finalmente a buen puerto. «Es evidente que cuando hay una oferta que plantea que hay que reducir un 41% los costes y racionalmente la gente piensa que les va a afectar más a ellos que a los demás, genera una preocupación», indicó.
«Respetamos que el CEO de Banco Sabadell defienda la decisión que tomó su consejo al rechazar la propuesta; ahora son los accionistas de Sabadell los que se tienen que pronunciar sobre la oferta que BBVA les ha realizado directamente», añaden desde la entidad presidida por Carlos Torres.
Precisamente, los movimientos de ambas partes se centran ahora en convencer a esos accionistas. Por un lado, BBVA sigue manteniendo reuniones con los fondos para explicar que su oferta de una acción nueva por cada 4,83 del Sabadell es la mejor opción para crear valor. Por otro, Sabadell defiende que mantenerse en solitario es lo más recomendable para sus inversores, al menos bajo los actuales términos de la oferta. Y todo apunta a que una vez que BBVA publique su folleto (tiene un mes de plazo contando desde el 9 de mayo), el consejo del banco recomendará a sus accionistas rechazar la operación. Y ahí, tanto minoritarios, con un 45% del capital de la entidad, como institucionales, con el 55% restante, tendrán la última palabra de un proceso al que aún le queda un largo camino para llegar a buen puerto.
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