Manuel Menéndez y Manuel Azuaga.

Liberbank y Unicaja tendrán que reducir su red de oficinas para tener el visto bueno del BCE

Ambas entidades ya han remitido su plan de negocio al organismo bancario europeo que también les pide más ajustes en plantilla

e. p.

Martes, 8 de diciembre 2020, 03:22

La historia de la fusión entre Liberbank y Unicaja sigue recorriendo buena parte del guion que ya se había escrito aquel intento del invierno de 2019. El nuevo escollo, u obstáculo a sortear, es el beneplácito del Banco Central Europeo (BCE). Entonces, un ... 15 de abril de dicho año, presentaron ante dicho organismo las líneas generales de su proyecto de fusión. Uno de los compromisos que se adquirió en aquella ocasión y antes de que la operación diera al traste, fue la rebaja de la tasa de morosidad de la entidad resultante. Se cifró entorno al 4% para final de año.

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Ahora, el trazo grueso del plan ejecutivo diseñado por Liberbank y Unicaja parece que gusta en el BCE, pero, en esta ocasión, las pegas vienen en otra dirección. Por un lado, a partir de la primera documentación enviada, se les exige una definición sobre cómo quedaría la cúpula ejecutiva; por otro, y motivado por el contexto de crisis desencadenada por la pandemia, ponen reparos a la sinergia de costes. Aunque ya en julio el Consejo Supervisor del Banco Central Europeo anunció que exigirá unos requisitos de capital menos elevados a las entidades que surgieran de una fusión, la rentabilidad y la eficiencia de las entidades resultantes seguiría siendo observada con lupa. ¿Cómo se consigue esto? Básicamente con recortes. Esto es, con una reducción del número de oficinas, del tamaño de los equipos de sendas entidades y, en paralelo, una digitalización de los procesos. Todo para elevar la sinergia de costes, que actualmente se cifra en 150 millones y que a las autoridades bancarias europeas les parece exigua.

Hace un mes, según los cálculos realizados por Bain&Company, que analizó los posibles solapamientos, estimó que la fusión entre Unicaja y Liberbank podría dar lugar al cierre de unas 110 oficinas repartidas por todo el territorio español o el 5% de la red combinada. Ya por entonces, esta consultora avanzaba que una operación de consolidación entre Unicaja y Liberbank supondría «una gran oportunidad para mejorar la eficiencia».

Los cabos que sí parece que ya están atados son tanto el nombre como el lugar de la sede social. Liberbank cederá su nombre y la entidad resultante se llamará Unicaja. Asimismo, parece claro que el consejero delegado de Liberbank, Manuel Menéndez, conservará ese cargo en el nuevo banco, aunque no tendrá poder absoluto. El presidente de Unicaja, Manuel Azuaga, será presidente ejecutivo. Lo que no está aún confirmada es la ecuación de canje entre ambas entidades, que hizo descarrilar la negociación hace un año. Mientras que desde la dirección malagueña se exigía obtener, al menos, un 60% del capital, para Liberbank ese 40% restante no era suficiente. Ahora se apuntaba a un 58%-42%, aunque al finalizar el tercer trimestre la diferencia por activos daba un 57%-43%.

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