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Manu Alvarez
Bilbao
Martes, 18 de marzo 2025, 18:24
La junta de accionistas de Kutxabank, reunida este martes, ha adoptado dos decisiones de gran trascendencia. La primera es crear una sociedad, Indar, que estará ... dotada inicialmente con 500 millones y se dedicará a tomar participaciones en empresas, principalmente en el País Vasco. Ya se anticipa que en el futuro podrá salir a Bolsa o incorporar a otros inversores. Además de ello, el banco ha decidido repartir un dividendo extraordinario a sus accionistas, las fundaciones BBK, Kutxa y Vital, en especie: una parte de las acciones de Iberdrola que estaban en su poder, por valor de 400 millones.
El objetivo de Indar, apuntan fuentes de la entidad financiera, es invertir en «empresas consolidadas o en crecimiento», lo que permitirá reactivar el papel tradicional que ha tenido Kutxabank y sus tres fundaciones accionistas como dinamizadores de la actividad empresarial en Euskadi. En la última década y como consecuencia de las penalizaciones impuestas a la banca para evitar que asuman riesgos como accionistas, Kutxabank tan solo había protagonizado desinversiones. En la actualidad y además de su participación en Iberdrola -conservará tras el dividendo extraordinario aproximadamente el 1,1% de la eléctrica-, el banco posee acciones que son claves en la estructura económica vasca, como es el caso de Petronor, CAF y Ingeteam. La vocación es tomar participaciones estables y de largo plazo, para diferenciarse de las inversiones más especulativas y de corto plazo de los fondos de inversión convencionales.
Ambas decisiones, la creación de Indar y el reparto de acciones de Iberdrola, son las dos caras de una misma moneda, ya que con la segunda va a poder equilibrar las penalizaciones que la actual legislación impone a los bancos cuando invierten en empresas. Sin esa desinversión, la entidad que preside Antón Arriola hubiese tenido mucho más difícil poner en marcha el nuevo vehículo de toma de participaciones, que pretende además alcanzar acuerdos con otros inversores para abordar operaciones de gran tamaño. Esto es algo similar a lo que BBK, Vital y el Gobierno vasco han hecho aliándose con el empresario vasco José Antonio Jainaga para comprar el 30% de Talgo, una operación que aún está pendiente de un cierre definitivo.
La decisión de crear este vehículo de inversión llega apenas unos días después de que el lehendakari Imanol Pradales lanzase la denominada alianza financiera -a la que Kutxabank mostró su apoyo- y anunciase un endeudamiento extraordinario del Gobierno vasco por importe de 1.000 millones de euros, también con el deseo de reforzar las tomas de participaciones en empresas. Pese a ello, fuentes del banco aseguran que la creación de Indar es un proyecto muy anterior al lanzamiento de la alianza financiera público-privada y que ha estado en elaboración desde hace mucho tiempo, ya que ha requerido la autorización del Banco Central Europeo. La gestión de esta sociedad de inversión será encargada a José Iturriaga, que hasta ahora formaba parte de la gestora de capital riesgo Talde, adquirida recientemente por Kutxabank.
El reparto de acciones de Iberdrola entre las fundaciones propietarias de Kutxabank va a permitir a BBK, Kutxa y Vital aumentar su patrimonio y si mantienen el control sobre esos títulos obtener un jugoso dividendo anual. Aunque Kutxabank no ha desvelado el número exacto de acciones que va a entregar a las fundaciones, a los precios de cotización de esta semana supone unos 28,4 millones de títulos, apenas el 0,44% del capital social de la compañía eléctrica.
Tomando como referencia el dividendo anunciado por la empresa con cargo a los beneficios del pasado año representa, solo en dividendos y al margen de la revalorización del valor de las acciones, 10,2 millones para BBK; 5,76 para Kutxa y 2 para Vital. Las estimaciones realizadas por Iberdrola apuntan a que estas cantidades seguirán creciendo en los próximos años, ya que la empresa que preside Ignacio Galán se ha comprometido a repartir anualmente entre el 65% y el 75% de su beneficio neto.
Por otra parte, la junta de accionistas ha decidido repartir 83,8 millones entre sus tres socios -en este caso en metálico- a cuenta de los resultados del pasado año. También se ha aprobado la reelección de Hipólito Suárez como consejero independiente por un periodo de cuatro años.
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