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MIRIAM SUÁREZ
OVIEDO.
Miércoles, 5 de octubre 2022, 01:15
A salir de la crisis sanitaria por coronavirus «nos ayudó la ciencia» y a salir de la crisis energética actual, desatada por la invasión rusa de Ucrania, «tendrá que ser la razón, el pragmatismo y el sentido común, nada más lejos de lo que ... vivimos estos días». Es una de las reflexiones que Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell, compartió ayer, en Oviedo, con quienes asistieron a la entrega del XXI Premio a la investigación económica que, a través de su Fundación, concede la entidad bancaria.
Que «la situación es muy complicada» y «el mundo real anda muy revuelto» fue su forma de resumir la coyuntura adversa que planea sobre familias y empresas, tensionando el mercado financiero. Pero también la forma de explicar por qué Elena Manresa, profesora de Economía en New York University, es merecedora del XXI Premio Fundación Banco Sabadell. «Es importante que se haga un buen uso y análisis de la información para ayudar a quienes toman, o tomamos, decisiones», señaló Oliú. «Y que esas decisiones sean valientes», dejó caer.
La profesora Manresa, licenciada en Matemáticas por la Universidad Politécnica de Catalunya y doctorada en Economía por el Centro de Estudios Monetarios y Financieros, recibe este premio por su contribución a la econometría, que consiste precisamente en aplicar métodos estadísticos y matemáticos en el análisis de determinados factores económicos o para pronosticar variables tan de actualidad como la inflación o los tipos de interés. En opinión de Oliu, «nuestros modelos ya no funcionan», de ahí que «sea tan importante el trabajo de Elena», que incluso incorpora técnicas de inteligencia artificial para afinar las estimaciones económicas.
Al presidente del Sabadell le preocupa, por ejemplo, la duración de este segundo «shock de oferta» -el primero fue la covid- y la capacidad de las autoridades financieras para mantener a la baja las expectativas sobre la inflación. Y de despejar estas incógnitas se encargan económetras como Elena Manresa, que ha desarrollado métodos para ahondar en las interacciones sociales y su impacto en las decisiones de los individuos y las empresas: «Me gustaría explorar el uso de estos métodos para entender mejor en qué medida la presencia de mujeres en puestos de trabajo influye en la elección de otras mujeres de ocupación y carrera, y de otros grupos minoritarios».
En su intervención quedó patente su interés por abordar los efectos del «desequilibrio de género», pero también lo mucho que agradece el apoyo de su familia y sus mentores. Mención especial para sus padres, presentes en el acto, y hermana, y un recuerdo cariñoso hacia sus hijos, que la esperan en Nueva York: «Me inspiran a ser mejor economista, porque, antes de que ellos puedan contribuir, tenemos que hallar la manera de que la economía combata el cambio climático; de sacar el desencanto a quienes han perdido la confianza en el sistema político; o de preservar los derechos individuales».
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