Gijón cree «imprescindible» una mayor representación asturiana en el consejo de Unicaja

El cese de Menéndez se dio a conocer el pasado jueves, aunque no llegó por sorpresa, tras la batalla interna por el control de la entidad, y abre incógnitas sobre su futuro, pero también esperanzas entre la plantilla, que confía en que se retomen las negociaciones paralizadas y que se produzca «una vuelta a la normalidad en las relaciones laborales».

En estos momentos, Asturias cuenta con unos 750 trabajadores de Unicaja. En el área de servicios centrales, cuyo mantenimiento en el Principado se criticó desde Málaga, la plantilla ronda los 260, entre ellos, los de la oficina de empresas, ubicada en la ovetense calle San Francisco, así como la oficina principal, en la plaza de La Escandalera.

La entidad bancaria sigue inmersa en un expediente de regulación de empleo (ERE), cuya conclusión está prevista para el año 2024 y que afectaría a 1.513 personas, por lo que el proceso de salidas no ha finalizado aún. Y antes de que esto suceda, ya se ha dejado caer que puede llegar otro. El director financiero del grupo, Pablo González, avanzó en la última presentación de resultados que el consejo de administración estaba estudiando una reducción de costes que podría implicar un nuevo ERE.

El futuro está en el aire. Aún así, los sindicatos UGT, CC OO, CSIF, Cesica y CSI mostraban, nada más conocerse el cese de Menéndez, la esperanza de contar «con una única caja». Además, destacaban, que los ERE que se aplicaron en Unicaja tras la absorción de Caja España- Caja Duero siempre han sido negociados, frente a la situación en Liberbank.

A partir del próximo mes de julio está previsto que la presidencia pase a ser no ejecutiva y que todos los poderes de decisión recaigan en el consejero delegado, algo que en Málaga nunca se le quiso otorgar al asturiano. El banco ya está buscando su sustituto, aunque se tiene claro que será afín a los intereses andaluces y a la Fundación Unicaja, máximo accionista.

La influencia en Asturias decae. En tiempos de Menéndez, Cajastur accedió al accionariado de empresas como Ence, Telecable y Central Lechera Asturiana. Junto a EdP se hizo con el control de Hidroeléctrica del Cantábrico hace más de dos décadas. Todo esto no hizo más que incrementar su poder y peso.

El cese de Menéndez, sin embargo, no ha tenido gran incidencia en la política autonómica, más pendiente del recuento de votos. Los representantes regionales la acogieron con cierta indiferencia, y solo la alcaldesa de Gijón, que pronto dejará el cargo, se mostró beligerante. Precisamente, hace apenas una semana, la entidad renunció a participar en la ampliación del recinto ferial Luis Adaro, una decisión que obliga a Principado y Ayuntamiento a aumentar la cuantía de sus aportaciones para completar el montante total.

También pueden quedar en suspenso otros proyectos, esos que se gestionaban a través de la Fundación Cajastur, que mantiene el 6,5% del capital de Unicaja, que abarcaban ámbitos culturales, sociales y deportivos. Entre su patrimonio sobresale el Palacio de Revillagigedo y el Principado cuantificó hace un año en 290.000 euros sus patrocinios a diferentes equipos. Mientras, también van cerrando oficinas. Hace tan solo unos días la única sucursal de Morcín echaba la persiana definitivamente.