El creciente poder de la cuota asturiana genera recelos en el consejo de Unicaja Banco

Consejeros y políticos temen un aumento de poder de la parte procedente de Liberbank, lo que revertiría el acuerdo de fusión por absorción, en el que la entidad absorbida acabe siendo predominante. También hay sospechas de que la entidad pueda acabar siendo trasladada a Madrid y que el asturiano Manuel Menéndez, actual consejero delegado, pueda tomar el control dentro de dos años, cuando el actual presidente ejecutivo Manuel Azuaga sea relevado y se cambie el modelo de gestión, con una presidencia no ejecutiva -como exige el Banco Central Europeo a las entidades-, recayendo los poderes ejecutivos en la figura del consejero delegado.

El papel que ha desempeñado el presidente de la Fundación Bancaria Unicaja, principal accionista del banco, Braulio Medel, ya empezó a ser puesto en entredicho desde que se cerró la fusión con Liberbank. En distintos estamentos malagueños se ha denunciado, tal y como publicó el diario 'Sur', cómo el posicionamiento de los consejeros que representan a la Fundación, alineados con Liberbank, habría llegado a alterar e incluso revertir el canje establecido en aquella fusión, sobre el papel con un 59,5 por ciento para Unicaja y un 40,5 por ciento para Liberbank.

Ocurrió en el primer consejo de administración de la nueva entidad fusionada, celebrado en el verano de 2021, cuando el voto de los consejeros dominicales permitió que Manuel Menéndez, con quien Medel siempre ha mantenido una relación estrecha, asumiera el área de Planificación Estratégica y Presupuestación. Para los malagueños, el banco asturiano adquiría así más poder del acordado.

Partidos políticos, sindicatos y agentes sociales alzaron entonces la voz ante el riesgo de que Unicaja perdiera su identidad andaluza y su sede en Málaga. De «pacto antinatura» calificó la fusión el alcalde de la ciudad Francisco de la Torre. La Fundación Unicaja siempre ha tachado esas acusaciones de infundadas. Después han venido unos meses de aparente tranquilidad en los que la entidad estuvo diseñando su plan estratégico hasta 2024 y que presentó el pasado 10 de diciembre, así como un ERE pactado con los sindicatos que, a falta de la confirmación oficial en los próximos días, se cubrirá con bajas voluntarias, sin recurrir a despidos.

Convocatoria navideña

Entonces, Braulio Medel sorprendió a todo el mundo el mismo día de Navidad con la convocatoria de una reunión del patronato a celebrar el pasado 28 de diciembre. Sobre todo después de que durante los días previos se hubieran celebrado tres comisiones ejecutivas y una comisión de auditoría sin que Medel siquiera informase de sus planes. En el orden del día de la sorprendente convocatoria, la propuesta de renovación de los cuatro represenantes -consejeros dominicales- de la Fundación en el consejo de administración de Unicaja Banco.

La reunión fue telemática y tensa, pero Medel consiguió su objetivo aunque evidenció la fractura de su gobernanza: lejos de la habitual unanimidad, la propuesta fue aprobada con ocho votos a favor, cuatro en contra y dos ausencias. Además, la premura de la convocatoria, que contrasta con la trascendencia de los asuntos a tratar, amenaza con pasarle factura después de que cuatro patronos hayan solicitado por escrito la impugnación del acuerdo al entender que el procedimiento no cumplió con la ley.

Estos patronos han reclamado la anulación del punto que permitió renovar a los consejeros afines a Medel. Su petición ha sido dirigida en primera instancia a la secretaría de la Fundación «antes de iniciar procedimiento judicial». La impugnación está basada en el incumplimiento del proceso «de propuesta, valoración, idoneidad y debate democrático» que debe guiar la presentación de las candidaturas.

Durante el procedimiento se produjeron varios hechos que, según sostiene el escrito, vulneraron la normativa bancaria. Primero, la celeridad de la convocatoria, lanzada en pleno día de Navidad, «festivo nacional y día inhábil».

Ante el silencio de la Fundación, estos patronos han solicitado amparo al Ministerio de Economía, responsable del Protectorado de Fundaciones Bancarias, reclamando la suspensión cautelar del acuerdo adoptado el pasado 28 de diciembre. A la espera de que se pronuncie este organismo público, estos patronos ya han advertido de que llevarán el asunto a los tribunales en el caso de que la Fundación Unicaja mantenga su silencio.

Mientras tanto, en Málaga siguen atentos a cualquier movimiento que pueda significar que Unicaja pierda su identidad original.