Caja Rural de Gijón gana en un año 1,9 millones, un 79% más, y 1.160 clientes

De ese importe, como establece la ley, dedicará el 12% de los fondos a la fundación, volcada en actividades sociales y deportivas, y retribuirá con un 3,75% a sus 8.000 socios, un colectivo que también ha ido creciendo con 424 nuevas incorporaciones en doce meses.

«2022 fue muy bueno», resume Fiaño, quien anota otros datos de la caja. La entidad –que ya cerró su crisis interna y que opera en un clima de «tranquilidad» que aprecia «en las relaciones con los socios»– también ganó 1.160 clientes, hasta llegar a los 28.500». El presidente atribuye estos números a «tener oficinas abiertas desde las ocho de la mañana y con dinero en efectivo, a no tener que pedir cita previa para hacer ingresos o retirar dinero, y al trato de la plantilla», integrada por 46 personas, mitad hombres y mitad mujeres. «Bueno, hay una mujer más». Igual reparto hay entre las direcciones de sus diez oficinas en Gijón.

Caja Rural de Gijón registró asimismo un aumento de los depósitos. En concreto, del 5,64%, de modo que los recursos de clientes ascendieron a 409.488.000 euros. Actualmente está remunerándolos en torno a un 2% (dependiendo del importe y del tipo de cliente). Y en cuanto a los préstamos y anticipos alcanzaron la cifra de 311,2 millones de euros, lo que supone un alza del 7,49%. Dentro de estas cifras destaca «el aumento en préstamos a entidades de crédito o sociedades no financieras». Pese a no ser las empresas su principal nicho de mercado, sí aprecia que estas «piden líneas de crédito o aumentan las que tienen para obtener liquidez en el pago a proveedores. Como precaución. No es que la empresa vaya mal, sino que actúan con prudencia ante la subida de las materias primas. Las facturas son mayores y es para tener dinero líquido en caja».

En línea con otras opiniones del sector, aprecia «una ralentización» en las hipotecas suscritas como consecuencia de la subida de los tipos de interés. Siendo los clientes de primera vivienda sobre todo, las familias vuelcan sus fondos en ello, «la defienden con uñas y dientes», por lo que «el índice de morosidad no es malo». En lo que respecta al ratio de solvencia es del 17,37%.

Confía Fiaño en que «2023 sea mejor que 2022». Después de haber acometido la reforma de la oficina 5, en La Calzada, y haber hecho cambios también en la de la calle Aguado, ahora la caja se plantea hacer mejoras en sostenibilidad, cambiando luces fluorescentes por otras de tipo led. La inversión habrá de ser aprobada, pero se espera que esté amortizada en tres años. En un plano macroeconómico, confía en que haya una estabilidad en el precio de las materias prima, mientras persiste la incertidumbre sobre el gasto que supone la guerra de Ucrania, que «tiene visos de cronificarse».