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SUSANA D. TEJEDOR
OVIEDO.
Miércoles, 22 de junio 2022, 02:32
Un buen año. Así comenzaron a explicar los directivos de Caja Rural de Asturias los resultados de 2021, período en el que «pese a la situación de incertidumbre», se obtuvieron casi 28 millones de beneficios, un incremento del 26,56% y unos recursos propios ... de 549 millones. Ayer lo contaron a los 600 socios que se dieron cita en la asamblea general de la entidad financiera y que se celebró en el Palacio de Exposiciones y Congresos (edificio Calatrava) de Oviedo. «Aumentaron nuestros recursos, se intensificó la solvencia, creció el negocio y bajó la morosidad», señaló el presidente, Fernando Martínez, que añadió que la fortaleza de la cooperativa es seguir consolidando su modelo de banca de proximidad, realizar una política sostenible y apoyar al tejido productivo.
Uno de cada tres asturianos son clientes, lo que suma 388.000 y con tendencia a seguir creciendo. «Nuestro crecimiento es de un 6%-7% en los últimos diez años, un incremento gradual no sometido a variaciones», apuntó Antonio Romero, director general.
Los resultados del último lustro ascendieron a 130 millones, lo que permitió destinar casi 14 al compromiso de la entidad con Asturias: Para los socios fueron 23 millones como retribución por sus aportaciones y otros 17 millones de euros retornaron al Principado como impuestos.
Pese a que la morosidad no les ha afectado hasta el momento, incluso se sitúan en ratios inferiores al anterior ejercicio, son conscientes de que inevitablemente la situación se va a complicar a lo largo de este año y se registrará un aumento, previsiblemente en el último trimestre de 2022. También a los socios les explicaron que la apuesta de Caja Rural de Asturias por la digitalización ha tenido sus frutos. No en vano, más de 182.000 clientes operan en digital, lo que se traduce en casi el 60% de la clientela.
113 sucursales repartidas por toda Asturias, a las que se añaden tres oficinas de atención especializada a empresas y una oficina de banca digital son datos que, explicaron, dan prueba de que avanzan por el buen camino. Una apertura reciente en Pola de Somiedo y ningún cierre, a lo que se une el proyecto ya firme de abrir sucursal en Madrid, ante la demanda de asturianos, especialmente jóvenes, que se han trasladado a la capital, avalan su optimismo.
La falta de talento es ahora una de sus preocupaciones. «Necesitamos ampliar plantilla, estamos promoviendo a través de las redes para que haya jóvenes que quieran venir a trabajar con nosotros». En estos momentos hay 452 empleados y se espera en los próximos dos años contratar a unos 40. Pese a los buenos números, Antonio Romero apeló a la «prudencia» en el gasto ante una complicada coyuntura.
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