Dice Antonio Romero (Don Benito, Badajoz, 1965) que, pese a los complicados momentos que atraviesa la sociedad, a la entidad de la que él es director general no le han salido mal los números. Pero alrededor, flotan conceptos como inflación, subida de tipos de interés, ... altos precios de energía, préstamos, que se traducen en un sentir generalizado de incertidumbre. Esta mañana unos 600 socios acudirán presencialmente a la asamblea anual que celebrará Caja Rural de Asturias en Oviedo. Se rendirán cuentas y se hará balance y, sobre todo, se plantearán retos.
–El ejercicio anterior fue complicado. ¿Cómo son las cuentas?
–Son buenas, obtuvimos casi 28 millones de resultados líquidos en una situación de incertidumbre. El primer semestre estaba aún la incidencia del covid, medidas de ayuda gubernamentales que se fueron ampliando y a partir del verano vimos que se abrió la economía. ¿Pero qué generó esa apertura a nivel global? Se produjeron muchos cuellos de botella. Por parte del Gobierno siguieron medidas de ayuda y lo que se esperaba una recuperación potente fue frenándose.
–Inflación, subida de la electricidad, salarios bajos..., el panorama no es muy halagüeño.
–Se va a complicar la situación a partir del tercer o cuarto trimestre de este año. Se van a confabular una serie de situaciones y no sabemos cómo va a evolucionar. Esto genera un desgaste a las familias que traerá consecuencias. Se dejarán de consumir productos y se reducirán gastos.
–¿Cómo saldremos de esta?
–Hay una conjunción de factores que a corto plazo no va a ser buena, pero este año España va a crecer un 4% y eso generará empleo. Si hay crisis internacional, España puede verse favorecida en el tema de producción. En Asturias hay un reto muy importante: hay que evitar el despoblamiento y la Administración tiene que poner de su parte.
–Acaban de abrir nueva oficina, en Somiedo.No cierran sino que amplían. ¿Cuál es su estrategia?
–El campo fue nuestro inicio y ahí seguimos apostando. Somiedo no podía quedar desprotegido financieramente; la oficina bancaria más cercana está en Belmonte a 30 km. Tratamos de buscar equilibrio entre rentabilidad y atención. Nuestro crecimiento es gradual, de entre el 5% y el 7% de clientela en los últimos diez años. Más de uno de cada tres asturianos es cliente nuestro.
–La entidad abrió durante la pandemia y sin cita previa.
–Fue una apuesta fuerte, gracias al esfuerzo de la plantilla.
–Dice usted que la entidad necesita talentos.
–Sí, necesitamos ampliar la plantilla y estamos promoviendo que los jóvenes vengan con nosotros, pero es complicado. Es difícil encontrar gente que quiera trabajar en el entorno rural.
–La banca camina a pasos agigantados hacia la digitalización.
–Más de 182.000 clientes operan en digital, casi el 60% de la clientela. Y se hacen hasta hipotecas.
–¿Se firman muchas hipotecas?
–Llevamos una buena inercia. El sector nos dice que todavía no hay suficiente 'stock' de vivienda nueva, pero las financiaciones no son elevadas, se ha generado un ahorro y se nota mucho.
–¿Es buen momento para comprar?
–Creo que es buen momento en zonas muy localizadas y no con excesiva carga financiera.
–¿Cómo afrontan la morosidad?
–A nosotros no nos afectó hasta ahora. Estamos en ratios inferiores a 2020. Cerramos 2021 con 2,13 y ahora nos movemos en el 2,07, aunque pienso que pueda incrementarse a final de este año.
–¿Le preocupan los ciberataques?
–Esa preocupación la tiene el Banco España de una manera muy interiorizada y nos insiste en tema de riesgos tecnológicos y nos pide más medidas. Contamos con una estructura a nivel nacional potente centralizada en la empresa tecnológica de la que somos copropietarios todas las cajas.
–Y ante las estafas que últimamente han aumentado, ¿cómo protegen a sus clientes?
–Estamos dando mucha formación a nuestra red; las estafas pueden detectarse. Adicionalmente a esa formación, tenemos una serie de algoritmos y si detectamos situaciones anómalas de inmediato nos ponemos en contacto con sucursal y cliente. A mí me pasó. Hay medidas de protección, aunque los delincuentes van por delante.
–El 30 de junio termina el período de carencia de los ICO. ¿Qué va a suceder?
–Algunas empresas pasarán estrecheces financieras, hay que buscar alternativas.
–¿Cuáles son los retos más inmediatos?
–Queremos implementar nuestra presencia. El próximo año abriremos una oficina en Madrid.Hay jóvenes que quieren comprar vivienda en la capital.
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