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Ó. P.
GIJÓN.
Martes, 2 de julio 2019
Más allá de su actividad empresarial y de los resultados anuales, CaixaBank ha puesto el foco, ya desde hace años, en impulsar numerosos proyectos vinculados con la responsabilidad social empresarial (RSE). No en vano, la fundación 'la Caixa' es la que «más fondos destina a ... la acción social en España». Javier Marín, responsable de Acción Social de la delegación territorial de Castilla y y León y Asturias, asume que el futuro de las empresas debe pasar por este tipo de proyectos. En CaixaBank, concretamente, estas líneas de actuación pasan por «generar un efecto positivo en todas las personas, especialmente en las más vulnerables».
-¿Bajo qué líneas maestras se articula la RSE de CaixaBank?
-CaixaBank es una entidad financiera con una vocación profundamente social. Fruto de la herencia que hemos recibido, mantenemos nuestro compromiso de servicio a la sociedad y a nuestros clientes. La RSE está incluida dentro de nuestro plan estratégico y es una de las cinco líneas a las que atribuimos máxima importancia. Es tan importante como prestar el mejor servicio a nuestros clientes o ser un grupo financiero líder e innovador. En CaixaBank la RSE es absolutamente transversal y empapa todas las áreas y equipos, desde el comité de dirección con el consejero delegado a la cabeza.
-¿Cuáles son los ejes prioritarios de estas políticas?
-Bajo el paraguas de la RSE desarrollamos muchos proyectos. Me gustaría destacar nuestro compromiso con la inclusión financiera: somos la única entidad con presencia física en todos los municipios con más de 10.000 habitantes y el 94% de los de más de 5.000. En esta misma línea, ofrecemos a personas microcréditos a través de MicroBank aunque no tengan garantías suficientes. Además, nos sentimos especialmente orgullosos de nuestro programa de voluntariado corporativo, con más de 14.000 empleados en activo. Y tenemos un compromiso firme con la lucha contra el cambio climático.
-¿Y a la hora de hablar de proyectos concretos?
-En la entidad hay un gran grupo de acción social, dentro del cual yo me incluyo, y desde el que trabajamos intensamente para impulsar el activismo social a través de acciones solidarias como la Gran Recogida de la Leche, con la que pretendemos hacer llegar dos millones de litros a los niños en riesgo de exclusión con la colaboración del Banco de Alimentos. También tenemos nuestra Semana Social, donde damos a conocer el trabajo que desarrollamos con entidades sociales a nuestros empleados y clientes. Y por supuesto, nuestro querido Árbol de los Sueños, acción que desarrollamos en Navidad y donde hacemos llegar a los niños sin recursos el regalo con el que están soñando.
-¿Cuánto han invertido en el último año?
-Por una parte, destaca la inversión de 'la Caixa', la fundación que más presupuesto destina a la acción social en España y la tercera a nivel mundial. En 2019 el presupuesto asciende a 545 millones de euros. Este presupuesto se distribuye de forma territorial y en Asturias hemos invertido en 2018 más de cuatro millones de euros. De ellos, alrededor de 500.000 se distribuyen desde las oficinas de CaixaBank y se destinan a paliar las necesidades más cruciales que se detectan, lo que permite llegar a todos los rincones del Principado. Y por otra parte, se destinan muchos recursos a otras iniciativas relacionadas con la banca socialmente responsable, como el mantenimiento de la red rural, el Plan de Cultura Financiera o todas las iniciativas relacionadas con el medio ambiente.
-¿A cuántos beneficiarios llegan?
-Es difícil cuantificarlos. Los programas que desarrolla la Obra Social La Caixa llegan a más de once millones de personas en España y sus principales programas afectaron a unas 26.000 asturianos el año pasado. Pero, como hemos comentado antes, CaixaBank lleva a cabo programas globales que nos benefician a todos en materia ambiental, cultural o social.
-¿Qué beneficios le reporta a la empresa esta política de RSE?
-Consideramos que en el complejo entorno social y económico actual, las entidades deben desempeñar una función social que va mucho más allá del negocio bancario. Somos conscientes de que nuestras actuaciones inciden de forma directa en el bienestar social y pretendemos buscamos generar con ellas un efecto positivo en todas las personas, especialmente en las más vulnerables.
-Como entidad bancaria, ¿hasta qué punto es necesario formar en educación financiera a sus clientes?
-En CaixaBank creemos que es imprescindible disponer de una formación básica en finanzas, que permita a las personas gestionar adecuadamente su economía, buscando soluciones adaptadas a su situación y necesidades. La formación en finanzas ayuda a evitar decisiones erróneas, sobre todo en el ámbito del endeudamiento, que pueden generar graves problemas para la economía de las familias en un futuro. Aunque el nivel medio de conocimientos está mejorando sustancialmente, todavía hay colectivos que necesitan mejorar su formación.
-Colaboran activamente con Mar de Niebla y otras ONG asturianas. ¿Qué proyectos sacan adelante?
-El contacto continuo con entidades y asociaciones como las que mencionas, nos permite estar muy cerca de las necesidades de colaboración en proyectos de índole prioritaria, como los destinados a enfermedad y discapacidad, interculturalidad y exclusión social, inserción laboral, gente mayor y pobreza infantil. Desarrollamos cerca de 200 colaboraciones al año en este ámbito.
-Tienen una implantación importante en el centro penitenciario de Asturias para trabajar con los reclusos.
-Las CiberCaixa Penitenciarias cumplieron su décimo aniversario en 2018, y el Centro Penitenciario de Asturias fue pionero en ponerlas en marcha, con 380 internos participando durante estos años. El programa dura lo mismo que un curso escolar y lo impartimos un equipo de Voluntarios de 'la Caixa', con 26 compañeros que han colaborado como profesores durante esta década. En este programa en concreto, pretendemos que las personas privadas de libertad adquieran conocimientos básicos de informática que les sirvan para cuando se reincorporen a la sociedad. Quiero destacar la educación y el respeto con que los reclusos reciben a nuestros voluntarios.
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