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En un escenario de subida de tipo de interés y tensionamiento del mercado financiero, la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, apuntó este martes ... en Gijón, ante un nutrido grupo de empresarios de la región, que dicho tensionamiento aún no ha acabado y que «puede haber más en cuanto a las condiciones de financiación de empresas y familias».
Con una financiación de hipotecas a un interés medio del 3,8%, del 5% en el caso de empresas y de cerca del 8% en los créditos al consumo, ofreció datos del último año en cuanto a la concesión de préstamos. La caída acumulada del stock crediticio en el último año se sitúa en 36.000 millones de euros: 16.000 en la adquisición de viviendas y 20.000 en préstamos al tejido empresarial. «Es una barbaridad», dijo.
La conferencia reúne a todo el tejido empresarial asturiano Nadie quiso perderse la oportunidad de escuchar el análisis de Margarita Delgado. En el Club de Regatas se reunieron la presidenta de Fade, María Calvo; Álvaro Alonso, de la Cámara de Comercio de Gijón; Antonio Fernández-Escandón y María Pérez, de Femetal; Pablo Priesca y Pablo Coca, de CTIC; Íñigo Felgueroso, de Idonial; José María Ferrez, del Colegio de Economistas; Susana García Rama, de la constructora; representantes de la Universidad, como la vicerrectora de la Relaciones con la Empresa, Begoña Cueto y Francisco Delgado, profesor titular, que presentó el evento. También estuvieron la diputada Esther Llamazares, Ángel Rodríguez Vallina, de Asturgar, Nacho del Río, de los comerciantes de Oviedo y la edil de Hacienda, María Mitre y la directora de Empleo, Carla Álvarez.
Delgado -que «por motivos personales y familiares» conoce muy bien la villa de Jovellanos- hizo durante algo más de 45 minutos un análisis de la economía española y habló de las expectativas. Lo hizo en un encuentro organizado por Caja Rural de Asturias y Llana Consultores. En él dejó un mensaje claro: después de que el Producto Interior Bruto (PIB) de España haya crecido un 0,6% y un 0,5% respectivamente en los dos primeros trimestres del año, en el tercero se espera que lo haba en un 0,3%. Por tanto, «se está viendo cierta ralentización», aunque consideró que «sigue siendo bastante robusto» por el peso de los servicios (financieros, de telecomunicaciones, turismo hostelería, transporte). No en vano, antes de la actualización hecha por el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre ello (revisando al alza 1,3 puntos porcentuales el aumento del PIB desde 2021), el Banco de España ya consideraba que este año se crecería el 2,3% y el próximo, un 1,8% y en 2025, un 2%.
¿Y cuáles son las causas para esta ralentización? Delgado apuntó varias. Una de ellas es el debilitamiento de la demanda exterior neta (las exportaciones). Es más, el Banco de España estima que ésta va a ser negativa. Otra es «la desaceleración global de China y de países que son socios comerciales de España, como Alemania». Y una más: la menor aportación del turismo, un sector que incluso ha superado los niveles de 2019, pero cuyo crecimiento tendrá límite. «No se puede crecer a este ritmo de doble dígito», manifestó.
Esto, en una parte de la balanza. En la otra señaló que para 2024 se espera «una recuperación más que sustancial del consumo privado, ya que los salarios reales se están recuperando, va a aumentar el poder adquisitivo y hay cierta mejora de la confianza» y se notarán los efectos de los fondos Next Generation, de los que subrayó «no tenemos información en tiempo real de su ejecución».
Hecha esta radiografía, advirtió de «los riesgos a corto plazo», como el incremento de la inflación y del aumento del petróleo: «En los primeros cuatro meses de subida, se traslada el 60% a la inflación subyacente». También mencionó el riesgo de «espiral de precios y salarios». «Los incrementos salariales son relativamente contenidos -añadió-. Pero los convenios de nueva firma registran una subida por encima del 4% y hay cada vez más con cláusulas de salvaguarda». Mencionó también cómo, habiéndose alcanzado los márgenes empresariales previos a la pandemia, no han sido homogéneos («la construcción no termina de recuperarse» y cómo puede haber «posibles episodios disruptivos en mercados financieros». Solicitó que «la política fiscal no deshaga la labor de la política monetaria y Reclamó que se tienda a «reducir los apoyos que se han mantenido. En el caso de que se mantengan por la subida de la energía, que se focalicen en las actividades que lo necesiten».
En definitiva, se mostró partidaria de «revertir los apoyos generalizados y de que la política fiscal adopte un tono restrictivo». Para la CEO de Llana Consultores, Pilar Martínez, fue un «lujazo» contar con Delgado en un paso más «en la orientación y ayuda» a sus clientes.
El director general de Caja Rural, Antonio Romero, apreció un «agotamiento en las familias» por los altos tipos de interés y el precio de la energía. Apuntó que, aunque muy levemente, «la morosidad se empieza a incrementar» y pidió «relajar la tensión sobre la cesta de la compra».
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