Cerca de 11.000 autónomos asturianos se jubilarán en los próximos cinco años

El 32,2%, es decir, uno de cada tres, supera los 55 años. Dos puntos por encima de la media nacional, que se sitúa en el 29%. El sector aporta otra cifra que abunda en la edad de quienes trabajan actualmente por cuenta propia y que adelanta un futuro preocupante. A saber: un 15% tiene más de 60 años y, por tanto, se encuentra en la recta final hacia su jubilación.

Dicho porcentaje se hace extensible a toda España, aunque la presidenta de ATA Asturias, Patricia Oreña, está convencida de que en el Principado se rebasa ese umbral. «Aquí el colectivo de autónomos está muy envejecido», apunta, «especialmente en el sector servicios y en la agricultura». Que no haya relevo generacional empieza a ser un problema. Si España ocupa el puesto 15 de 34 en el ranking de plantillas más envejecidas de la UE, según los datos de la EPA europea elaborada por Eurostat, Asturias encabeza las estadísticas nacionales.

Para dar una idea de la situación, Oreña aporta un dato: «En 2021, Asturias solo sumó 24 autónomos», un balance «muy pobre» entre quienes se dan de alta cada año en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) y quienes cesan su actividad, ya sea por jubilación o por cierre. Al envejecimiento demográfico, tan característico de Asturias, se suman otros factores nada halagüeños, fruto de la pandemia por coronavirus y de la tormenta económica que se ha desatado tras la invasión rusa de Ucrania, que está convulsionando el mercado energético y disparando los precios hasta niveles históricos.

El último barómetro de ATA sobre la situación de los trabajadores autónomos, que se remonta a mayo de este año, revela que el 30,2% «no sabe si podrá continua» y prevé cerrar su negocio a corto o medio plazo. El 42% dice estar muy afectado por el alto precio de los carburantes. El 42,3% se está resintiendo «mucho» de la subida de las materias primas. Y el 33% alude al coste de la luz como uno de los factores que ha contribuido a que desarrollar su actividad profesional se haya puesto cuesta arriba.

En realidad, el número de autónomos no ha dejado de menguar desde la última gran recesión económica, que tuvo lugar en 2008. Asturias ha perdido desde julio de ese año 11.207 trabajadores por cuenta propia: de los 83.380 autónomos que había entonces se ha pasado a los 72.173 que la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei) constata en su informe de julio de este año. La región solo consiguió levantar cabeza en 2015, pero aquella recuperación, que supuso un aumento de apenas medio millar de autónomos, duró poco.

«Debemos preguntarnos de forma urgente qué es lo que queremos para Asturias», plantea Patricia Oreña. Y añade: «Es importante, muy importante, la apuesta por el sector industrial. Pero esa apuesta no se puede hacer olvidando al resto de sectores. No se puede obviar a un colectivo del que forman parte 72.000 trabajadores. Somos un motor de la economía del Principado y necesitamos ayuda». De ahí que ATA Asturias reclame al Gobierno regional «un plan de incentivos» que tenga en cuenta «lo específico de nuestras actividades, con sus particularidades».