Asturias, la tercera comunidad con más presión fiscal y la que menos eleva su PIB

Las disparidades existentes en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), Sucesiones y Donaciones, sumadas a los impuestos propios de cada región, determinan que las diferencias alcancen en muchos casos los miles de euros, según se pone de manifiesto en el estudio. Así, mientras Navarra, País Vasco y Madrid son las regiones que registran un menor esfuerzo fiscal (indicador que mide el peso que representan los impuestos en la renta per cápita de los ciudadanos), Extremadura, Andalucía y Asturias son las que mayor esfuerzo fiscal presentan. El de los asturianos casi duplica al que tienen los navarros.

No es de extrañar, por tanto, que a lo largo de los últimos 45 años, la financiación autonómica haya sido y siga siendo una «cuestión compleja y, por tanto, sujeta a debate y controversias sociales y políticas», precisa el informe.

En este sentido, Valentín Pich, presidente del CGE, pidió que el sistema de financiación «deje de ser un 'pimpampum' constante» y exigió a los partidos definir el sistema que proponen y crear uno que genere «menos conflictos», ya que el actual «es muy oscuro y nadie lo entiende».

Hay seis comunidades cuya financiación per cápita es siempre superior a la media nacional. A la cabeza vuelve a estar Asturias, seguida por Cantabria, La Rioja, Aragón, Extremadura y Castilla y León. Por el contrario, Murcia y Valencia son las únicas que reciben una financiación per cápita inferior a la media.

La mitad del PIB entre tres

Ymientras España ha logrado casi triplicar su PIB en estos 45 años, el Principado ni siquiera lo ha doblado. Así, en el país ha pasado de suponer algo más de 414.000 millones de euros en 1975 a 1,16 billones en 2019 –a precios constantes de 2010–, lo que supone que ha crecido una media anual del 2,39%, según destaca el informe. En Asturias, sin embargo, ha crecido de 12.726 millones a 22.895, un aumento del 1,34% anual. Murcia, La Rioja y Canarias son las comunidades donde mejor ha evolucionado el PIB, mientras que el Principado, el País Vasco y Cantabria, donde peor. En el caso asturiano y vasco, la destrucción de tejido industrial está detrás de esta evolución negativa. Como dato revelador, si en 1986 suponía el 36,48% del PIB regional, en 2019 se situó en el 17,40%.

La pérdida de población rebaja el diferencial en el caso del PIB por habitante. En España creció un 1,75%, mientras que en Asturias lo hizo un 1,49%, solo por detrás de Baleares yCanarias e igual porcentaje que Cantabria.

Pese a la convergencia entre regiones, el peso que aportan las distintas comunidades al PIB nacional es muy dispar. Madrid y Cataluña aportan cada una casi un 20% del PIB nacional, mientras que Asturias es la que más pierde, por encima de un punto porcentual, como consecuencia de ese declive industrial.