A pesar del corto tiempo que lleva como consejero de Industria, Empleo y Promoción Económica, este año y medio ha obligado a a Enrique Fernández ( ... San Martín del Rey Aurelio, 1974) a enfrentarse a complicados retos. Tras el fiasco del estatuto electrointensivo, el socialista busca sumar aliados para reclamar al Gobierno central un marco para los próximos tres años, el plazo que se estima que tardará en bajar el precio de la electricidad por el despegue de las renovables y en entrar en vigor el arancel ambiental que protegerá a las empresas de la competencia desleal.
-La gran industria asegura que bajar la tarifa eléctrica depende de una decisión política. ¿Por qué esa negativa cuando otros países europeos sí toman medidas para ello?
-No tenemos las respuestas, pero puede haber razones de tipo legal. No hay que olvidar que hay un organismo que no es político e impone sus restricciones, como es la CNMC, y que todas estas medidas suponen desembolsos financieros en un momento en el que la sanidad, la educación, las ayudas al desempleo, los ERTE... van a exigir un importante esfuerzo. Y puede haber trabas de otro tipo. A nosotros el medio que se emplee nos da igual. Creo que es de interés regional y nacional evitar que podamos perder el empleo y la actividad que generan las empresas altamente electrointensivas. Estamos hablando en Asturias de más de 6.000 empleos directos y muchos más indirectos e inducidos, con lo que casi se pueden triplicar. Es un lujo que no nos podemos permitir.
-La Alianza por la Industria acordó enviar un documento al Gobierno con las medidas más urgentes para mantener la competitividad de las empresas de la región. ¿Lo ha hecho ya?
-Esta misma semana se ha enviado a todos los miembros de la Alianza una propuesta de documento de consenso para que hagan las modificaciones que estimen oportunas. Lo que pedimos es generar certidumbre sobre que las ayudas del CO2 van a ser las máximas posibles y buscar algún mecanismo compensatorio adicional para las grandes electrointensivas que sustituya a la subasta de interrumpibilidad. Además, planteamos que las electrointensivas asturianas tengan interlocución directa con el ministerio para contar con un acompañamiento que garantice su supervivencia. Es tremendamente injusto que puedan existir distintas autorizaciones en Europa para compensaciones de cargos y peajes que sean diferenciales. Políticamente no tiene mucha justificación.
-Ante un estatuto insuficiente, ¿la vía más rápida para favorecer a las electrointensivas es con negociaciones individuales?
-Para nosotros, el fin último es el mantenimiento y la potenciación de la actividad industrial y, sobre todo, del empleo que genera. Los medios que los elija quien tiene el mando de la política industrial en Asturias, que es el Gobierno de la Nación. Pero tienen que ser suficientes y eficaces. Como no se está enjugando el diferencial de precios eléctricos con otros países de la UE, planteamos que el Ejecutivo colabore de otra manera, con inversiones que hagan a las empresas más eficientes, con planes de modernización. Busquemos la fórmula adaptada a cada empresa, no a través de un estatuto genérico.
-Está la Alianza por la Industria, la Estrategia Industrial, la comisión de transición ecológica, la concertación... ¿No se dispersan los esfuerzos para conseguir objetivos similares?
-No creo que sobren nunca foros de encuentro y de diálogo. Al revés, la sociedad nos demanda que existan más. Quiere que los políticos estemos unidos en torno a más o menos cuestiones, pero que se vea cierta unión en las de interés general.
-¿Tiene la sensación de que Asturias está discriminada frente a otras comunidades en el ámbito industrial?
-No hay ese sentimiento. Es cierto que desconocemos acuerdos que haya podido haber con otras regiones, pero, en cualquier caso, estaremos en contra de los pactos con otras comunidades que supongan perjuicios directos o indirectos para Asturias. No obstante, en la interlocución directa con el ministerio se nos niega la mayor sobre esta cuestión.
-El Gobierno propone a Arcelor modernizar su acería, con un proyecto similar al que se ejecutará en Ilva. Con el trato que está recibiendo Asturias, ¿cree que está dispuesto el Ejecutivo a realizar un desembolso millonario, como en Italia, para llevarlo a cabo o lo fía a los fondos europeos?
-Esto entronca con lo que decía anteriormente. Es diferente lo que necesita Arcelor que AZSA o Alu Ibérica. Aunque hacemos peticiones de ayudas genéricas para el sector electrointensivo, también se pueden poner sobre la mesa colaboraciones específicas a la medida de lo que necesitan estas empresas para mejorar su competitividad y garantizar su supervivencia. Si es un problema de financiación, precisamente parte de los fondos europeos se están comprometiendo para modernizar la industria y adaptarla a los requerimientos de la transformación digital y la transición ecológica.
-IU, socio preferente del Gobierno, le acusa de no defender con el ahínco esperado los intereses de Asturias. ¿Acepta la crítica?
-No voy a perder ni un minuto en consideraciones particulares que se profieren. Nosotros hemos mantenido una posición constante y coherente, y tomado las decisiones que estaban en nuestro ámbito de actuación en cada momento. Hasta hoy, hemos hecho todo lo que estaba en nuestra mano, y seguiremos haciéndolo.
-También le reprochan la opacidad respecto a los proyectos que se enviarán a Europa. ¿No es posible conocer las iniciativas más ambiciosas?
-Pido un poco más de paciencia porque Asturias estará ya en condiciones este año, con la entrada en funcionamiento de la Oficina de Proyectos Europeos, de ir trasladando de forma ordenada y con el conocimiento y el acuerdo de las empresas implicadas los proyectos que tienen, el volumen de financiación que comprometen y el detalle de los ámbitos en los que van a desarrollarse. En el momento en que haya un proyecto al que se vaya a destinar un euro de financiación pública, habrá transparencia total.
-¿Cuántos proyectos se manejan hasta ahora?
-Asturias está en condiciones de presentar decenas de proyectos interesantes que van a suponer importes de miles de millones de euros y que en absoluto desmerecen a los que ya se vislumbran en otras regiones.
-Siguen sin conocerse los planes para Lada y Soto de la Barca, mientras que Iberdrola y Naturgy anuncian millonarias inversiones en otras regiones. ¿A qué se debe esta tardanza?
-Nada está parado. Las conversaciones con Iberdrola y Naturgy son constantes. Las soluciones que se han elegido para otras comunidades no son extrapolables al caso de Asturias, entre otras cosas porque muchas han sido parques solares y aquí no hay el recurso que tienen otras latitudes más sureñas. Es cierto que existe dificultad hoy para encontrar un único proyecto estrella que sustituya a la actividad de generación térmica en número de empleos, pero también que hay pequeñas iniciativas que sumadas pueden contribuir a revitalizar económicamente esos territorios y crear un empleo equivalente. Estos proyectos se están madurando porque hay que tenerlo todo muy atado antes de anunciarlo. No queremos vender humo.
-¿Aspira Asturias a albergar la planta de electrolizadores que proyecta Iberdrola y que generará 150 empleos directos?
-Ya se ha contactado con la compañía para ofrecer la candidatura a este proyecto.
-Naturgy y Enagás plantean producir y exportar hidrógeno desde El Musel. ¿Qué supondría este proyecto para la región?
-Asturias va a trabajar en distintos frentes sobre el hidrógeno. Hay varias cuestiones en la cadena de valor: la fabricación, la generación, el almacenamiento y la distribución, y el consumo. Sabemos que hay que moverse rápido con proyectos para posicionarse y crear empleo en la región asociado a toda esta cadena de valor. Desde hace meses estamos organizados para recepcionar esos proyectos. Asturias, que nadie se asuste, va a tener proyectos de hidrógeno como la que más.
-Antes es necesario que la regasificadora obtenga la autorización ambiental por parte de Transición Ecológica. ¿Por qué se retrasa tanto?
-La regasificadora ha atravesado un vía crucis administrativo y judicial. Es importante que quede claro que los litigios judiciales, que fueron una de las causas del retraso, están totalmente resueltos. El nuevo enfoque que se da a la planta de El Musel centrado en el hidrógeno nos parece un planteamiento de presente y de futuro. En cualquier caso, el Principado mantiene su consideración de que es una inversión estratégica que tiene que entrar en funcionamiento para capitalizar todos los fondos invertidos y contribuir al desarrollo económico del puerto, Gijón y Asturias. Sería una de las grandes noticias para este 2021.
-Hunosa ha aprobado transformar La Pereda para quemar biomasa. ¿Cuáles son sus perspectivas de futuro?
-De Hunosa esperamos que sea el agente dinamizador protagonista de la actividad económica de las comarcas mineras. Ese no es el único proyecto, sino que trabaja insistentemente en generar actividad en el sector energético. El Gobierno regional apoya esta iniciativa y así se lo ha trasladado a la propiedad. De Hunosa esperamos que cumpla con sus objetivos económicos, pero también sociales, es decir, que contribuya a dinamizar el territorio, a generar empleo y riqueza.
-Asturias cerró el año con más de 82.000 parados y 7.200 empleos menos. ¿Esperaba tales cifras?
-Esperábamos un impacto de la pandemia grande, como en otras economías, pero no sabíamos cuán fuerte sería. Para recuperar el terreno perdido, vamos a incrementar en 15 millones, elevando hasta los 105, el dinero para políticas activas de empleo. Esto nos va a permitir llegar a más de 25.000 personas en Asturias en un año, especialmente a los colectivos con más dificultades.
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